El juego tradicional de la calva da vida a este pueblo de Zamora

Ayoó de Vidriales logra reunir cada fin de semana a más de una treintena de participantes de varias comarcas

Uno de los equipos durante el  juego de la calva en la tarde de ayer. | E. P.

Uno de los equipos durante el juego de la calva en la tarde de ayer. | E. P. / Eva Ponte

Es un juego tradicional que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que, en Ayoó de Vidriales, además de su carácter cultural supone una alternativa para el entretenimiento, el ocio, y el encuentro de decenas de personas en torno a esa iniciativa en plena zona rural. Es la calva, un juego tradicional de lanzamiento de precisión que en este pueblo de Los Valles cuenta con cuatro pistas homologadas para el disfrute de vecinos y visitantes.

¿Cómo se juega?

Consiste básicamente en el lanzamiento de una pieza de hierro o madera, que se denomina marro, con la que intentar dar en un madero sin tocar la tierra antes, denominado calva. “La tradición original era el marro de piedra. Luego se ha ido modificando y puede ser de madera y de hierro. Como se juega en un terreno que no es asfalto, ni hormigón, sino más blando, se puede utilizar la madera y el hierro. Suele ser más de madera de encina que pesa más y es más compacta”, explica David Martínez, de la Asociación Perafondo y uno de los impulsores de que este juego haya logrado tener en Ayoó un lugar de referencia.

Gran animación con participantes de 10 localidades diferentes. | E. P.

Gran animación con participantes de 10 localidades diferentes. | E. P. / Eva Ponte

Y lo es todos los fines de semana del año y festivos "sin excepción. Los meses de verano hay gente casi a diario porque hay demanda de personal de vacaciones. Para nosotros esto nos da vida al pueblo porque de otra manera no seríamos capaces de reunirnos tantas personas cada fin de semana. Estoy hablando de más de treinta cada fin de semana, que en un pueblo como este donde apenas hay gente y además la que hay es gente mayor no está nada mal". Ayer mismo se dieron cita en Ayoó 40 jugadores.

Uno de los jugadores lanzando el marro. | E. P.

Uno de los jugadores lanzando el marro. | E. P. / Eva Ponte

El desarrollo del juego puede ser individual o por equipos. A nivel local siempre lo hacen por equipos puesto que la intención es mantener esa interrelación entre los participantes. "Si hay treinta personas se hacen equipos de 10, si hay 24 de 12 y contamos también con una pista que juegan los federados, que estos juegan una distancia más larga".

Gran expectación durante las partidas. | E. P.

Gran expectación durante las partidas. | E. P. / Eva Ponte

En concreto los federados juegan en una pista que tiene una longitud de entre 12,5 a 14 metros, mientras que los comarcales juegan en un recorrido de entre 10,5 a 11 metros.

A los jugadores se unen numerosos espectadores cada fin de semana. | E. P.

A los jugadores se unen numerosos espectadores cada fin de semana. | E. P. / Eva Ponte

Esto es porque "tenemos un grupo de chavales de 16 años que están estudiando en Salamanca y también hay entre los locales cuatro o cinco chavales de treinta años y con buen físico que lanzarían a 16 metros. Pero tenemos gente de 85 años y no se les puede excluir. Se trata de entretener y divertirse. Lo bueno es que esos jóvenes están integrados con los mayores y no se excluye a nadie", añade David Martínez.

El caso es que los fines de semana, todos los que se presentan a las 4.30 de la tarde en Ayoó, después de compartir aspectos del día a día inician el sorteo. Hay dos capitanes, uno por equipo y son ellos los encargados de ir eligiendo a los jugadores. También los capitanes ejercen las veces de árbitro y "no suele haber problema, los dos capitanes son los que validan los tantos, si valen o no, y bueno cada uno tira para su lado pero siempre se procura llegar a un acuerdo".

Los jugadores van tirando el marro para golpear la calva y anotando puntos. Va sumando cada golpe dos puntos y el primer equipo que llega a 18 gana el juego. "La partida suele ser a seis u ocho juegos el que gana la partida".

En el pueblo hacen hincapié en lo importante que es contar con esta actividad que logra reunir en este pueblo de la España Vaciada a decenas de persona en torno a un juego tradicional.

Hasta Ayoó llegan cada fin de semana jugadores de Villageriz, Fuente Encalda, San Pedro, Carracedo, Camarzana de Tera o Cubo de Benavente, Pumarejo y Melgar de Tera. También se acercan vecinos de Molezuelas. "Estos son los habituales", explica David. También se acercan de la provincia de León.

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