Efeméride

El colapso de los cuestos de Benavente cumple diez años y la factura de la reconstrucción roza ya los 3 millones

La ciudad seguirá pagando hasta 2029 el préstamo de 1,2 millones de euros concertado por el Ayuntamiento para consolidar la ladera

El desescombro de los cuestos fue la primera tarea tras el desplome el 17 de marzo de 2013.

El desescombro de los cuestos fue la primera tarea tras el desplome el 17 de marzo de 2013. / J. A. G.

J. A. G.

El desplome de los cuestos de la Mota cumplió el viernes diez años. La ladera, tras dos días de avisos en forma de repises del terreno y de precintos de seguridad que hacían temer lo peor, se vino abajo tres minutos antes de las cuatro y media de la madrugada arrastrando consigo la pasarela de madera que habían sido el "sueño" del entonces alcalde Saturnino Mañanes y el proyecto estrella del equipo de Gobierno del Partido Popular.

El cuesto se desmoronó por el centro cortando la carretera del Caracol con toneladas de tierra y arrastró consigo la estructura de madera, que quedó destrozada y prácticamente suspendida en el vacío como un acordeón roto.

Tras el desastre lo prioritario era estabilizar y reconstruir la zona y algunas administraciones se comprometieron a ayudar económicamente para que esto fuera posible. Colaboraron la Junta de Castilla y León y la Diputación, ambas con gobiernos populares. No aportó fondos el Gobierno del PP de Mariano Rajoy.

Restos de la pasarela apilados en la carretera del Caracol. | J. A. G.

Restos de la pasarela apilados en la carretera del Caracol. | J. A. G. / J. A. G.

Las ayudas económicas, pese a las muestras de apoyo y compromiso, fueron limitadas y de hecho Benavente tuvo que asumir y sigue asumiendo el grueso de la factura que, hoy por hoy, aún sigue creciendo, aunque ya de forma casi residual.

De cualquier modo, diez años después, Benavente sigue pagando aquel desastre en forma de trabajos de revegetación, auscultación y vigilancia, y también devolviendo el crédito que el Ayuntamiento tuvo que solicitar para hacer frente a la contingencia.

Se formalizó un préstamo de 1,2 millones que requirió la autorización del Gobierno regional y la elaboración de un Plan Económico y Financiero (PEF). A día de hoy de ese préstamo solicitado a 15 años vista quedan por amortizar 250.501 euros más casi 37.000 euros de intereses. Benavente, salvo que se cancele, seguirá pagando esta deuda hasta el año 2029.

Aunque el Gobierno municipal del PP llegó a prometer de forma reiterada que el desplome no le costaría ni un solo euro a los benaventanos, lo cierto es que casi dos de cada tres euros invertidos en restaurar la zona los han pagado los contribuyentes y lo seguirán haciendo.

La pasarela: 725.860 euros por los cuestos

La Junta, que había pagado la pasarela a través de la Sociedad pública de Medio Ambiente (Somacyl), prestó una ayuda de 600.000 euros y la Diputación otros 450.000 euros: 1,045 millones en total sobre los 2,9 millones que se llevan gastados.

La pasarela de madera había costado 725.860 euros de los que 664.508 constituían la aportación regional. El Ayuntamiento tenía que aportar 61.352 euros que, tras el derrumbe, nunca llegó a poner. El colapso de los cuestos acabó con esos 725.860 euros en unos minutos.

Más tarde, durante la reconstrucción, el Ayuntamiento inició un expediente de responsabilidad patrimonial y reclamó a la Junta otros 600.000 euros. No le fueron concedidos y el expediente caducó.

Según las cifras oficiales sobre todas y cada una de las etapas del proceso de consolidación y de colocación de la escollera actual se gastaron 2,34 millones en las tres actuaciones ejecutadas en la ladera; 62.234 euros en la dirección de la obra; 31.000 euros en un proyecto complementario de drenes; y otros 8.403 euros en un proyecto de mejora del entorno de la Mota en el marco del 1,5% cultural que el Gobierno de Mariano Rajoy no concedió.

A la factura hay que añadir 133.000 euros de trabajos de auscultación y otros 116.000 euros de los proyectos y obras de revegetación para asentar la ladera, que siguen como seguirá la vigilancia y el mantenimiento.

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