Primera mujer mayordoma en la cofradía de Morales de Valverde, con tres siglos de historia

Morales de Valverde es uno de los pocos pueblos de la comarca de Los Valles de Benavente que aún conservan la fiesta tradicional de San Blas. Un festejo que se ha ido adaptando a los nuevos tiempos, dada la falta de población y este año también por la falta de sacerdotes para oficiar los actos litúrgicos, según explican los vecinos. Este año ha sido especial, sobre todo para una de las vecinas, Elsa Sandín Galende, que es la primera mujer que ha sido mayordoma en la historia de la cofradía, que se remonta al siglo XVIII.

“La falta de cofrades varones ha hecho que en las casas donde vivan mujeres viudas o solteras también puedan llevar el garrote”, explica Anuncia, una vecina de la localidad. Y es que para los cargos siguen un orden por calles y casas.

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Los vecinos de este pueblo han hecho todo lo posible para que la fiesta se mantuviera en el tiempo y para lograrlo la cofradía abrió la participación a todo el pueblo ya en el siglo pasado. Entre los asociados están los seis garroteros, que constituyen una directiva del antiguo órgano cofrade. El mayordomo es quien se encarga de guardar y cuidar los garrotes o varas en su casa, de prepararlos para los distintos actos.

Los garrotes son de madera y en la parte superior llevan representada la imagen de San Blas pintada por una cara y por la otra la imagen de las ánimas del purgatorio. La imagen del santo se muestra el público en el día del santo durante los actos religiosos.

En esta edición la falta de sacerdotes ha llevado a reducir la celebración a un día. “Antes hacíamos vigilia, el día 2 por la tarde; la misa grande, el día 3, y la misa por los difuntos ya el día 4”, explican en el pueblo.

De modo que Morales celebró en la jornada de ayer una misa con procesión alrededor de la iglesia. Abriendo la procesión va la cruz procesional y el santo hace el recorrido sobre unas andas con ruedas que empujan los garroteros durante el recorrido. En esta jornada realizaron también parada en el cementerio para rezar un responso por todos los cofrades y los difuntos del pueblo.