Zamora comenzaba el año 2020 hablando de despoblación como uno de los principales problemas de la sociedad. Nadie se imaginaba en febrero lo que ocurriría tan solo un mes después debido a la pandemia de coronavirus y lo que afectaría a lo largo de todo este año 2020 a todos los aspectos de la vida.

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra, Teresa Ribera, estrenó en Zamora su cargo como responsable del Reto Demográfico durante su participación el 5 de febrero en el congreso “Razones para quedarnos”, organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y celebrado en la sede del Consejo Consultivo de Castilla y León, que acogió ponencias y debates.

Servicios básicos, presupuestos específicos y un plan estratégico fueron algunas de las propuestas para resolver un problema de Estado.

Teresa Ribera defendió que nadie debe quedarse atrás, por lo que es necesario ofrecer certidumbre a los habitantes de la España Vaciada para que “tengan asegurada la prestación de los servicios” a largo plazo.

El presidente de Prensa Ibérica & Grupo Zeta, Javier Moll, abrió una jornada en la que la vicepresidenta estrenó por primera vez en democracia unas competencias ministeriales en materia de despoblación. Esto ocurrió en la provincia que más habitantes pierde de media en el país, con un 1,3% anual desde hace una década.

Zamora se convirtió en epicentro de la despoblación con la asistencia de expertos y responsables institucionales, sin saber que un mes después el duro confinamiento ayudaría a cambiar la mentalidad sobre el medio rural y a que se apreciara más que nunca la calidad de vida y la falta de aglomeraciones. Durante la jornada, la ministra incidía en el objetivo de que las generaciones jóvenes y las futuras entendieran “dónde está realmente la calidad de vida”.