Desde el 14 de marzo que se activó el estado de alarma en España para contener el coronavirus con severas restricciones, la provincia de Zamora y todo el país vivió 98 días de limitaciones a la actividad económica, las relaciones sociales y la movilidad de los ciudadanos.

Los zamoranos permanecieron confinados en sus casas, tan solo con permiso para salir a comprar comida o medicamentos, trabajar, por motivos de salud o para cuidar a mayores o dependientes. Esta situación dejó imágenes inéditas como calles, parques infantiles, pistas deportivas y autobuses urbanos completamente vacíos.

En los pueblos de la provincia, los alcaldes intentaban frenar la llegada de zamoranos a las segundas residencias con bandos y llamamientos en las redes sociales para evitar posibles contagios en localidades donde la gran mayoría de la población es mayor.

Además, se suspendieron las consultas en Atención Primaria y Especializada.

Fueron días de presencia policial en las calles para vigilar el cumplimiento de las restricciones y también de despliegue militar y actuaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para desinfectar hospitales, estaciones, edificios públicos. Para la desinfeción y limpieza de las calles se contó con personal de las instituciones, los voluntarios del Parque de Maquinaria de la Diputación de Zamora y con agricultores y personas voluntarias que se ofrecieron para colaborar.

El cierre de fronteras con Portugal durante tres meses y medio también marcó los meses más duros de la pandemia en este 2020.