Al grano

Ocho y la vaca siete

El episodio de la tuberculosis bovina de Salamanca salpica a toda Castilla y León

Celedonio Pérez

Celedonio Pérez

Empecemos por el principio: sé que es difícil explicar el estrambótico título de este artículo. Es una frase hecha que sirve para definir lo indefinible. El autor de la expresión, según me dijeron hace un tiempo, es un vecino, no sé si vive o ya ha muerto, de un pueblo al lado del mío, de esos que parecen menos pero son más porque dejan impronta. Ocho y la vaca siete. O sea, lo que usted quiera, el caos, la lógica, la lógica del caos, lo que a usted le apetezca. Por ejemplo el conflicto de la ganadería bovina de Salamanca por el incremento de los casos positivos de tuberculosis. ¿A qué ya entiende ahora lo de la vaca? Pues eso.

Hace unos días me escribió mi amigo Tomás Yanes, veterinario ilustrado, muy preocupado: “Espero que no metan lo de la tuberculosis bovina en campaña electoral”. Pues sí, Tomás, tachín, tachín, ya está. Buenos y malos, garrulos e ilustrados, fachas y progresistas. Todo son extremos. No hay sentido común. Imagínate, hasta en el programa de radio más escuchado el fin de semana. No les importa si ha aumentado la tuberculosis bovina en Salamanca y sus consecuencias, lo que quieren es pinchar, destruir al contrario político, picar carne.

Y encima los ganaderos entran a saco, usando como tridente una valla, en las dependencias de la Junta en Salamanca. Dos heridos. Noticia de telediario, los tertulianos ignorantes se relamen. El caos, esto es el caos. ¿Saben quién va a perder más? La ganadería de Castilla y León va a salir tocada y también el programa de erradicación de la tuberculosis bovina. ¡Qué pena, con lo que se ha avanzado en sanidad animal en esta comunidad! Un ejemplo, sin duda, en España, y ahora…

No quiero echar más leña al fuego. Solo unas pinceladas para entender un poco el cuadro: la sanidad animal está regulada por normas europeas (por favor, que se apliquen por igual en todos los estados), no se pueden cambiar los protocolos así, a la ligera, porque quiera un consejero de Agricultura, por muy de Vox que sea. El Ministerio de Agricultura está para mediar, no para aplicar el 155 a la primera (no lo hace en otras comunidades autónomas), la sanidad animal no es política electoral, es algo muy serio.

Hay que buscar fórmulas para preservar la ganadería extensiva (esa que tanto alaban los políticos sin saber qué es), los cordones sanitarios se crearon contra la zoonosis (no contra los partidos) y si se decretan la inmovilidad de la cabaña y los vaciados sanitarios, hay que pagarlos con creces, igual que los sacrificios de reses. Es preciso controlar la fauna salvaje, un reservorio de la enfermedad, y seguir avanzando para aplicar una vacuna a las reses, el sistema más efectivo. Y lo último, sacar el problema del foco mediático. Si no, perdiz muerta.

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