A punto de cumplir 30 años de trayectoria, Tuconsa ha evitado hasta el momento los despidos a pesar de sus dificultades económicas porque «o salíamos adelante todos juntos o no salíamos nadie, como así ha ocurrido», lamenta el gerente. Tuconsa se embarca así en una fase «muy dura porque significa abordar el principio del fin de mi empresa, una determinación difícil pero que es la que debíamos de tomar para minimizar los efectos negativos para trabajadores, acreedores y proveedores, no podía prolongar más la agonía por ellos».

A pesar de «haber luchado hasta el final», Gonzalo Julián entiende que «esto ha sido como el que está en una playa y ve nubes de lejos, pero sin pensar nunca en que vendría un tsunami que iba a arrasarlo todo», ejemplifica. El gerente reconoce «el esfuerzo de todos porque cada uno a su manera ha arrimado el hombro hasta que no hemos podido más».

La principal dificultad de Tuconsa ha estado relacionada con la actitud de las dos entidades bancarias con las que la empresa zamorana mantiene el 50% de la deuda, entre ellas, el conocido comúnmente como banco malo.