Más de una década de espera y un baile continuo de plazos incumplidos han protagonizado el proceso de construcción del nuevo puente sobre el río Duero, cuyas obras fueron inauguradas ayer de manera simbólica por el consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, y el ingeniero Javier Manterola, «alma máter» del proyecto.

Hasta cinco emplazamientos y varios modelos de viaducto barajó el profesional navarro hasta determinar el emplazamiento actual, que salva el cauce del Duero por el extremo occidental de Zamora aguas abajo del Puente de Piedra. «Si algún puente ha dado vueltas, en el sentido de consideraciones sucesivas desde el punto de vista tanto de la situación como del tipo de viaducto, ha sido éste», reconoció Manterola, a la vez que expresó que «creo que nunca en la vida he participado en una obra sobre la que tanta gente haya opinado pero, al final, el resultado ha sido por unanimidad», recordó el ingeniero, que define la obra como «el puente que Zamora quiere». Un papel clave jugó para su consecuención la plataforma por un puente aguas abajo, que protagonizó una movilización pocas veces conocida en Zamora con la recogida de 14.000 firmas.

Sin dejar de recordar «el trabajo en equipo» que ha supuesto el proyecto y con alusiones continuas al ex alcalde Antonio Vázquez, también presente en el acto inaugural, Manterola definió la infraestructura como un puente «clásico al tratarse de una arcada múltiple, como el Puente de Piedra, pero con la diferencia fundamental de que es un puente moderno con seis vanos, tres de ellos con 92 metros de luz en lugar de los 16 del aquél», expuso un satisfecho Manterola en una carpa ubicada junto a «Los Pelambres».

El puente unirá las dos márgenes del río Duero y liberará en parte el tráfico rodado por el Puente de Piedra, sometido a un desgaste continuo debido a la circulación constante de vehículos.

La planta del nuevo puente de Zamora es curva, de 650 metros de radio, y su longitud es de 424,50 metros con seis vanos de entre 38,5 y 92 metros. El viaducto constará de un cajón de canto variable con forma parabólica y una anchura total de 14,40 metros. La estructura se apoyará directamente en las pilas intermedias, de 3,20 metros de altura máxima, que irán cementadas mediante pilotes. La sección tipo se modifica en el tramo sobre el puente de forma que la calzada será de ocho metros con dos carriles de cuatro metros y aceras laterales a cada lado de 3,20 metros. «Se construye en voladizo, es decir, se optan por procedimientos de construcción para no interrumpir en absoluto el paso de las aguas».

La infraestructura, cuya inversión asciende a 13,7 millones financiados íntegramente por la Junta de Castilla y León, se completa con los viales de conexión del viaducto con las carreteras CL-527 y N-122. El nuevo vial tiene una longitud de 1,2 kilómetros e incluye el tramo adicional de conexión con la carretera de Almaraz de Duero. La calzada dispone de siete metros de longitud con dos carriles de 3,40 metros y bandas de aparcamiento laterales y aceras de tres metros. El trazado incluye media docena de glorietas.