«Hacer ciudad» y «un puente de todos» fueron las frases más repetidas ayer por el consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, y la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, quienes pusieron el ejemplo del puente como «modelo de colaboración y apuesta entre administraciones». Tanto es así que la regidora municipal reconoció que «de no ser por el impulso de Juan Vicente Herrera al declarar el proyecto de interés regional hoy no estaríamos aquí iniciando las obras debido a las cuitas municipales y al bloqueo constante del "no por el no"», indicó Valdeón en una clara referencia a los grupos municipales PSOE e IU, que no asistieron al acto inaugural. En este sentido, habló no sólo de «una madurez política necesaria» sino también de «una madurez social» en aras del «consenso entre todos».

Las alabanzas al resultado del trabajo capitaneado por Javier Manterola fueron continuas. Ante la ausencia de Juan Vicente Herrera, quien finalmente no asistió al evento «por problemas de agenda de última hora» pese a estar confirmada su presencia, el consejero Silván puso el puente como ejemplo de «modernismo y respeto al medio ambiente a través de una joya de la ingeniería que representa la transición del pasado al futuro». De igual modo, el consejero alabó «la modernidad, accesibilidad y permeabilidad» que definen el puente, «una nueva infraestructura muy deseada por todos los zamoranos y que es fruto de la ilusión y el tesón».

La parte más emotiva de la inauguración la puso la alcaldesa, con una alusión directa a las vidas de los zamoranos en torno al río: «El Duero está cargado de vivencias individuales, como las de esos paseos que damos los zamoranos en soledad o la de los enamorados, que caminan juntos por sus riberas; el río también tiene presente esos entrenamientos de piraguas, que han demostrado ser las más veloces del mundo; esas vidas cotidianas como la de Miguel, el barquero de Olivares; o esos dramas humanos cuando la bravura de l río se lleva una vida», apuntó tras recordar a Lorca y sus versos de «Todavía el viejo y solemne Duero sueña y ve combatir dolorosamente a las grandes figuras de su Romance».