Los miembros del coro de La Tercera Caída volvieron a conmover a los zamoranos con el canto de la pieza "La muerte no es el final" desde los soportales del Ayuntamiento Viejo. Lo cierto es que cuando el desfile entraba en la Plaza Mayor, la lluvia hizo acto de presencia por unos minutos, algo que no fue óbice para que la procesión discurriera con normalidad. La interpretación de la pieza "La muerte no es el final" del padre Gabaráin puso el broche a la noche del Lunes Santo.