Después de varios años sin que el PSOE acudiera formalmente a la celebración del Día de la Provincia, este año se decidió que era el momento, que iríamos, como deferencia al cambio en la Presidencia, para tender nuevos lazos y para que, en un día tan importante como este, la sociedad viera que lo importante es la provincia, la unión de todos y no el enfrentamiento, cosa que lamentablemente no encontramos, ya que la dinámica del evento por parte del PP fue la falta de respeto, las malas palabras y se dejó entrever el mal perder por el resultado de las elecciones municipales.

Los socialistas emprendimos la aventura de entrar en la que pensábamos que era tierra hostil, la celebración del Día de la Provincia, y que con los cambios en la Presidencia de la Diputación, podría ser más amigable. Para ello, acudimos una amplia representación, acorde a la importancia de tal acontecimiento, encabezada por el portavoz del Grupo Socialista en las Cortes de Castilla y León y secretario general autonómico, Luis Tudanca; con la secretaria de Organización del PSOE regional y vicepresidenta segunda de la mesa de las Cortes, Ana Sánchez; con los alcaldes de las poblaciones más grandes, Benavente ( Luciano Huerga) y Toro ( Tomás del Bien); con el teniente de alcalde de la ciudad de Zamora, Antidio Fagúndez; con la diputada nacional, Mar Rominguera; con el Senador y alcalde de Puebla de Sanabria, José Fernández; con los diputados provinciales del grupo del PSOE, con su portavoz Antonio Plaza a la cabeza, Sandra Veleda, Leonor Cadenas, Luis Segovia, Manolo Ramos, el que suscribe, Eduardo Folgado, con el respaldo y junto a múltiples concejales, concejalas, alcaldes y alcaldesas socialistas de toda la provincia de Zamora.

No voy a profundizar en la ubicación protocolaria de los cargos socialistas ni durante el acto de entrega de premios (a pesar de estar con el debido tiempo avisados), ni a la hora de comer, cuando fuimos situados lo más alejados posible de una mesa presidencial; tampoco en la del alcalde del PP "desaparecido" de Casaseca de las Chanas, situado entre el subdelegado de Gobierno y un secretario de Estado del Gobierno central del PP. Tampoco hablaré de la trabajadora del gabinete de Presidencia que, al tiempo que la presidenta leía el discurso, ejercía de animadora para provocar los aplausos de los presentes, como si de un programa televisivo se tratara, y, en un momento cómico, tuvo que esconderse ante las risas y estupor de los asistentes cuando se descubrió su presencia. De lo que sí hablaré será de un gran agravio, de una provocación a quien no sea afín al régimen del Partido Popular: el discurso de la señora presidenta.

Comenzó con una especie de balance de los primeros 100 días de su mandato y, como nos tiene acostumbrados, con sus palabras vacías: No dijo nada. ¿Qué ha hecho la presidenta? Se lo diré yo: no querer debatir una moción del grupo de diputados del PSOE para instar al Gobierno central a tomar medidas para mejorar la situación de las mujeres víctimas de la violencia machista, que tanto le preocupó en su Twitter, tras la agresión sufrida por una zamorana en Morales del Vino, acuchillada por su expareja, el lunes, día 5 de octubre; ni la que presentamos los diputados socialistas para ayudar a Sara Gato . Para ella, esto no es urgente, como tampoco lo es que se recuperen partidas del Gobierno central y de la comunidad de Castilla y León para los planes provinciales, partidas que desde que llegó Rajoy desaparecieron, pregunte a los alcaldes populares por ese fondo y lo necesarias que son esas partidas para los pequeños pueblos, ya que completan las concedidas por la Diputación Provincial; y otro de sus "méritos" en estos 100 días es negar sistemáticamente la documentación a nuestro grupo.

Otro punto cómico del discurso llegó cuando adquirió el compromiso de ser la voz de la provincia, de trabajar por ella tal como se merece? ¿será el mismo compromiso que ha tenido como parlamentaria nacional?, pues no la creemos, no será real, pues no hay nada más que ver lo realizado como diputada nacional por el PP; lo que ha luchado por la provincia de Zamora en esta legislatura que, por fin, está próxima a acabar: ni ha presentado iniciativas, ni ha llevado la voz de los zamoranos a Madrid.

A todo esto, hay que añadir la parte del discurso relacionada con la conversión en autovía de la carretera nacional N-122, que dan por hecha solo por el mero hecho de ser amigos de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y de Fernando Martínez-Maíllo. Después de estar 4 años con su mayoría absolutísima, podrían haber destinado más partidas presupuestarias y esperan a este año electoral para decir que se hará ya, eso sí, no se asigna dinero, ni se piden enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado (una muestra más de su compromiso, señora presidenta).

El culmen del bochorno fue cuando habló sobre Toro y sus Edades del Hombre del 2016. Recientemente, los responsables de la Fundación decían que se otorgó a Toro por su insistencia y resulta que, en su discurso, la presidenta lo atribuía al mero brindis al sol del anterior presidente de la institución en el Día de la Provincia; al anterior equipo de Gobierno del PP de Toro, del que se está comprobando lo poco que hizo por dicha muestra. Y lo peor, ni un solo reconocimiento a la labor del actual equipo de Gobierno del PSOE. ¡Cuánto les escuecen los resultados de las elecciones municipales de mayo!

Lo malo es que este tipo de actos sean propagandísticos y no estén al servicio de las personas. El PP utiliza las instituciones para servirse de ellas y no para servir, y a sus dirigentes les molesta que los socialistas seamos testigos, que estemos allí. Pues señora presidenta, vaya acostumbrándose porque vamos a estar allí donde se nos invite para representar a toda la provincia, a todos los ciudadanos que nos votaron y a los que no, demostrando la educación y respeto a las instituciones que ustedes demuestran no tener.