La Plaza Mayor de Fermoselle se ha transformado durante los últimos quince días en un gran taller de carpintería donde, de la mano del maestro José Fernández "Tarabilla", voluntariosos vecinos de la villa han montado la plaza de toros. Cuando los tablones de madera que conforman este pintoresco "monumento" salen del almacén y vuelven al asfalto es que Fermoselle ya huele a fiesta.

El montaje del coso ha sido tradicionalmente el más visible anuncio de los festejos patronales de San Agustín. Y si antes esta labor corría a cargo de profesionales contratados por el Ayuntamiento, en los últimos tres años son voluntarios del pueblo, ayudados por operarios municipales contratados dentro del plan del empleo, los que asumen esta tarea. Un gesto que si antes era excepcional empieza a extenderse por los pueblos de la provincia. La prestación personal permite mantener tradiciones que de otra forma serían muy complicadas debido a los problemas económicos de algunos ayuntamientos.

Es el caso de Fermoselle, donde las voluntariosas manos de los improvisados carpinteros ayudan a ensamblar la plaza de toros, escenario central de las fiestas de la villa de los Arribes. Es el cuarto año que el Ayuntamiento apela a la solidaridad de sus vecinos para hacer posible la celebración de San Agustín con un ajustado presupuesto. "Es impagable la actitud altruista de la gente del pueblo" reconoce Alejandro Fermoselle, alcalde de Fermoselle. "Su colaboración nos permite ahorrar costes en un momento difícil" abunda el regidor.

Y es así como cada mañana un grupo de personas se ponen manos a la obra -comenzaron el 14 de julio- para tener todo a punto para las fiestas de San Agustín, del 18 al 26 de agosto, "En ocho o diez días estará completado en montaje" apunta el alcalde sayagués.

Día a día, comenzado por las bases, los postes, las talanqueras, los tendidos... el coso de madera va tomando forma bajo la dirección de José "Tarabilla", miembro de una saga de carpinteros y propietarios de la plaza de madera que constituye toda una seña de identidad de los festejos fermosellanos.

Cuentan que antes de la Guerra Civil un antepasado suyo, Manuel Fernández "Tarabilla", ensambló con éxito una plaza y desde aquella la saga familiar de maestros de la madera ha asumido año a año el honor y la responsabilidad de dirigir el montaje. Un esmerado y detallado trabajo, una obra de artesanía que cada verano contemplan con interés vecinos y turistas desde las terrazas y soportales de la Plaza Mayor de la villa.