La autovía del Duero (A-11) cruzará definitivamente Alcañices utilizando la variante sur. Así lo refleja claramente el proyecto definitivo de trazado y construcción del tramo Fonfría-Alcañices que realiza la empresa Incosa para la Secretaría de Estado de Planificación de Infraestructuras del Ministerio de Fomento. El ingeniero autor del proyecto es Carlos Gómez Mínder y el director Javier Arribas Rodríguez.

Técnicos del Ministerio de Fomento se reunían el pasado miércoles en Alcañices con representantes del Ayuntamiento y vecinos para explicar el trazado oficial origen de polémica. Tomás Carrión (alcalde), Miguel Ángel Alonso Llamas, Jesús María Lorenzo Más y Manuel Antonio Martín Manjón, concejales, y el alcalde pedáneo de Vivinera, Manuel Fagúndez Fagúndez, mostraron su profundo malestar por la opción elegida desde Arcillera a Alcañices, y fueron muy críticos, entendiendo que «se ha tenido más en cuenta a Medio Ambiente, a los ecologistas y a los arqueólogos que a los propios vecinos de los pueblos».

En Vivinera, autoridades y vecinos, mostraron su malestar y total oposición por las opciones elegidas. Mientras el pueblo propone la variante sur, hacia Portugal, más allá de la Base Aérea de la Consejería de Medio Ambiente, por ser terrenos públicos y de monte, el Ministerio de Fomento ha optado por la variante norte.

Aquí fue donde llegó la sorpresa, pues en el Estudio Previo una de las alternativas era desdoblar la Nacional 122, que roza el casco urbano, sin embargo los técnicos de Incosa trabajan en una segunda alternativa, alejada de la actual carretera descubierta por los afectados al procederse al estacado, preveyendo mantener la actual carretera como área de servicio. Según los vecinos: «Esto es intolerable, nos arrasan la única zona productiva del pueblo». La autovía contará soló en lo que respecta a zona de tránsito viario con 32 metros de anchura: 22 de calzada (11 en cada dirección) más 10 de mediana.

En Alcañices, la alternativa de Fomento, entra en la villa por la pradera de Sahú, librando el pozo de sondeo que abastece a la población, para seguir el trazado de la red de abastecimiento de agua, sepultando parte del campo de fútbol. La alternativa que contempla el desdoblamiento de la N- 122, que podría ser la elegida, entierra todo el recinto deportivo.

La autovía cruzará la Nacional 122 frente a la entrada al área recreativa de Sahú y aquí, para salvar la hondonada, será necesaria la construcción de un puente de alrededor de 130 metros de longitud. De ahí entra en el alto de la Atalaya, cercana a la futura promoción de viviendas de protección oficial, librando el castro del Tesoro, por la escombrera. En este lugar se retirará la tierra comenzando los grandes desmontes. La necesidad de cruzar el valle del río Angueira obligará a construir un segundo viaducto, en este caso de alrededor de 230 metros.

A la salida del puente la autovía irá sumergida en los barrancos con terraplenes de hasta 18 metros, pasando junto al polígono industrial que deja a su izquierda. Peor suerte correrá el polígono ganadero, que con parcelas construidas y sin construir, será partido prácticamente a la mitad. La carretera de Tres Marras (Alcañices-Vimioso) salvará la autovía sobre un paso elevado. Los enlaces a la A-11 irán uno en Vivinera y el otro en el cruce de Alcorcillo.