Las siete posturas que tienes que practicar todos los días

Según el gurú Pattabhi Jois, estas asanas son las que el cuerpo físico necesita para mantener una salud óptima, independientemente de la edad y condición física. Pero ¡ojo! para notar todos estos beneficios que vas a leer a continuación has de hacerlas todos los días

Posturas.

Posturas. / A. V.

Alicia Velasco

¿No conoces el Ashtanga Vinyasa Yoga? Se trata de un riguroso estilo de yoga que sigue varias series específicas y cerradas de posturas en un orden determinado.

Vinyasa significa movimiento acompañado de respiración, es decir, que en estas clases la clave está en fluir a través de la respiración y el movimiento.

El método Ashtanga se compone de varias series y la primera “Yoga Chiktsa” (yoga terapéutico) alinea el cuerpo y lo purifica eliminando las toxinas y sus siete posturas de cierre son especialmente relevantes.

En Ashtanga Vinyasa Yoga el practicante va a su ritmo explorando esta secuencia, recibiendo las posturas de mano del maestro, pero hay siete posturas que siempre se incluyen independientemente de en qué punto de la secuencia nos encontremos. Son estas siete y la razón es que juntas aportan todo lo que el cuerpo necesita para estar totalmente saludable y evitar las enfermedades. Todas ellas se mantienen durante 10 respiraciones.

Pattabhi Jois recomienda no hacer ninguna postura más después de haber practicado estas siete.

La Vela, SARVANGASANA. Mejora la circulación sanguínea, estimula el funcionamiento del aparato digestivo, equilibra el sistema nervioso, estimula vishuddhi chakra, combate enfermedades como el asma, diabetes, hemorroides, varices…

Tumbado de espaldas sobre la esterilla con las piernas estiradas y las manos a ambos lados de las piernas con las palmas hacia el suelo, exhalar y llevar las rodillas al vientre, levantar las caderas y el tronco a la vertical a la vez que las manos se apoyan en la espalda. Las piernas, tronco y hombros deben estar en una misma línea vertical.

El arado, HALASANA. Purifica y fortalece los intestinos, la región de la cintura y el canal de la garganta.

Desde Sarvangasana, llevar las piernas juntas y estiradas por detrás de la cabeza hasta que los pies toquen el suelo. Entrelazar los dedos de las manos, estirar los codos y girar las muñecas.

Postura de presión del oído, KARNAPIDASANA. Elimina las enfermedades de los oídos, quita tensión del tronco, corazón y piernas e incrementa la circulación sanguínea en la zona de la cintura.

Desde Halasana, flexionar las rodillas y apoyarlas al lado de su oreja correspondiente haciendo presión en ellas. Mantener los dedos de los pies estirados. Mantener entre medio minuto y un minuto.

El Loto hacia arriba, URDHVA PADMASANA. Purifica los canales anales y de la orina y hace más fuerte y firme la parte anterior de la columna vertebral.

Desde Karnapidasana, colocar Padmasana (pies de loto), colocar las manos en las rodillas y presionar estirando bien los brazos.

El embrión en el útero, PINDASANA. Purifica el abdomen inferior, la columna, el hígado, el bazo y el estómago.

Desde Urdhva Padmasana, bajar lentamente las piernas hacia la frente y abrazar las piernas con los brazos tomando firmemente las muñecas y manteniendo todo el peso en los hombros.

El pez, MATSYASANA. Aporta flexibilidad a la pelvis, expande el tórax mejorando la respiración y regula la glándula tiroides.

Desde Pindasana, llevar las piernas al suelo extender la espalda hacia arriba levantando la cintura y colocar la coronilla en el suelo.

Postura del piernas levantadas, UTTANA PADASANA. Tonifica cuello y espalda, regula la actividad de la glándula tiroides, mantiene saludable la zona dorsal de la columna vertebral y fortalece y estira los músculos abdominales.

Desde Matsyasana, soltar los pies y elevar las piernas a un ángulo de 45-50º y los brazos con las palmas juntas.

(*) Periodista, profesora de

yoga y experta en Nutrición y Ayurveda (Escuela Unmani.

C/ Tres Cruces, 17,

entreplanta.

www.yogaenzamora.com )

Curiosidades sobre el Ashtanga Yoga

Tradicionalmente se practica seis días a la semana, cinco de ellos estilo Mysore (el nombre viene de la ciudad India donde tienen la Shala Saraswathi y Sharath Jois, los descendientes del precursor del Ashtanga, Pattabhi Jois o Guruji) y una clase guiada, excepto los días de luna llena o nueva ya que el cuerpo es más propenso a lesionarse. Practicar esta secuencia te da una gran fortaleza, flexibilidad y equilibrio tanto físico como mental. En este método de yoga es clave el trabajo con la respiración, los bhandas (cierres energéticos), y los dristhis (foco en dónde colocamos la mirada). Es muy importante también la disciplina (abhyasa) para que el cuerpo se acostumbre y no se lesione. El estilo Mysore se caracteriza por ser clases no guiadas. Esto permite al alumno practicar por su cuenta bajo la supervisión de un profesor que le irá dando el visto bueno a las posturas y le irá ajustando en las posturas que necesite e irá añadiendo más posturas a la práctica según vea que el alumno esté preparado para ello. Es importante ser paciente y cuidadoso con el cuerpo ya que es una práctica muy exigente física y mentalmente.