36 Reunión de la Asociación de Psiquiatría de Castilla y León

Una zamorana presenta el estudio para predecir la esquizofrenia con la huella dactilar

La homosexualidad no dejó de considerarse un trastorno hasta este siglo, indica un póster del congreso

La zamorana Carlota Botillo (izquierda), del centro Hermanas Hospitalarias de Palencia con su colega de Valladolid Rebeca López.

La zamorana Carlota Botillo (izquierda), del centro Hermanas Hospitalarias de Palencia con su colega de Valladolid Rebeca López. / L.O.Z.

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Las huellas dactilares pueden predecir la esquizofrenia. Es el estudio que ha presentado la zamorana Carlota Botillo Martín, coordinadora del área de Salud Mental del Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias de Palencia, en la 36 Reunión de la Asociación de Psiquiatría de Castilla y León que concluye este sábado en Zamora.

"Es un estudio impulsado por el grupo de investigación Fidmag de las Hermanas Hospitalarias, con sede en Barcelona que lidera la doctora Edith Pomarol-Clotet". El estudio concreto fue dirigido por el doctor Raimon Salvador y el centro de Palencia donde trabaja la zamorana participó en la experiencia.

La idea, cuenta, "era crear un algoritmo a partir de las imágenes de las huellas dactilares digitales para poder predecir el desarrollo de la esquizofrenia. Este algoritmo se creaba con herramientas de aprendizaje profundo e inteligencia artificial".

Una vez que se crearon todos los modelos y el algoritmo, resultó que uno de estos modelos era muy fiable, "salió con un grado de precisión de un 70%".

El estudio se basó en dos grupos, uno de pacientes con esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo y otro grupo de control de personas en principio sanas y sin antecedentes familiares de primer grado con diagnóstico de psicosis.

"Lo que se buscaba era un modelo, un algoritmo, que a través de las huellas dactilares pudiera predecir el diagnóstico de esquizofrenia. Y dentro de los modelos que se estudiaron uno de ellos salió con una fiabilidad del 70%, que no es un cien por cien pero es bastante alta", indica Carlota Botillo.

Y esta experiencia demostró "que el estudio de las huellas dactilares con técnicas de aprendizaje profundo pueden ser fuentes valiosas para el diagnóstico de esquizofrenia".

Sin uso en la población general

En la utilidad práctica, una de las restricciones es que no se puede aplicar a población general, sino solo a grupos de riesgo: personas que tengan síntomas o que presenten un alto riesgo genético de padecer esquizofrenia.

El diagnóstico precoz permite "actuar antes en la prevención y el tratamiento. Por ejemplo se puede actuar en el consumo de sustancias que se sabe que son factores de riesgo para la aparición de esquizofrenia".

La muestra para el experimento fue "grande, de 612 pacientes y 644 personas sanas". Ahora "hay que evaluar que este algoritmo sirva también para otro tipo de muestras, ver que sigue teniendo ese tipo de precisión con otros pacientes. Esto ya se está empezando a hacer". Es decir, este tipo de técnicas todavía no se ha aplicado a la práctica clínica.

¿Quién nos cuida?

Además de un apretado programa de conferencias y ponencias, el congreso de psiquiatras presenta distintos trabajos de investigación en formato póster.

Uno de ellos, realizado en Zamora, analiza la incidencia del síndrome de "burnout" (trabajador quemado) entre los residentes de Enfermería y concluye que uno de cada dos EIR padecen este síndrome, de los cuales un tercio considera que es en grado alto.

Homosexualidad como enfermedad

Otro estudio, realizado asimismo por médicos y enfermeras de Salud Mental de Zamora analiza la homosexualidad, desde que era considerada como una enfermedad mental a la visión actual donde por fortuna se ha superado esta visión, aunque continúa existiendo un estigma que condiciona en cierta forma la vida de estas personas.

En el siglo V la homosexualidad es una desviación de la naturaleza. En la época romana y la Edad Media se endureció la represión contra los homosexuales, a los que se imponían castigos y multas. Fue en el siglo XIX cuando ya se centran más las cosas y se consideró la homosexualidad como un problema de índole sexual, no relacionado con patologías.

Pero no es hasta el siglo XXI cuando se retira el trastorno de la identidad de los sistemas de clasificación CIE y DSM-4. Es decir, la homosexualidad deja definitivamente se ser concebida como un trastorno.

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