Homenaje a Ricardo Flecha

Eterna gratitud a Ricardo Flecha, un Maestro

Un instante del pregón pronunciado por Ricardo Flecha en 2015.jpg

Un instante del pregón pronunciado por Ricardo Flecha en 2015.jpg

David Alonso

Nos ha dejado nuestro más famoso e insigne escultor de estas últimas décadas. Una bella persona que nos abandona antes de lo justo. Quizá deja este mundo por la necesidad imperiosa de reunirse con su amantísima Virgen de la Concha pero su ciudad queda sumida en un valle de lágrimas. Todo esto no es solo por el gran legado escultórico que nos deja sino porque quienes hemos tenido la suerte de compartir nuestro tiempo con él nos ha marcado a fuego la necesidad de tenerlo cerca. Dejas un hueco grande en nuestros corazones, en el de tu familia, amigos y en el de tus alumnos en el sector en el que me encuentro.

De parte de estos te quiero dar las gracias por abrirnos puertas. Multitud de proyectos has puesto en manos de tus alumnos y muchos otros los has realizado con nuestra ayuda, a pesar de nuestra escasa preparación. En la etapa de formación es fundamental, para ver este mundo, conocer el oficio de primera mano. Nos dabas todo y nunca esperabas nada a cambio. Es más, eras tú, el que compensaba las horas de trabajo. No dudabas en prestar tus propias herramientas o material y nos brindabas la información que estuviera en tu mano.

Te has marchado sin darte cuenta de que lo que más necesitábamos era a ti, a esa persona que no se conocía habitualmente y que no dudabas en descubrir si alguien tenía un problema. Yo tuve el placer de convivir unos años contigo, ya afrontabas esta enfermedad que hoy nos ha arrebatado a quien para mí, al menos, era un ejemplo a seguir. No era tu momento más dulce y sin embargo mantenías la ilusión de seguir expresándote a través de tu obra.

En estos años te convertiste en un amigo. En tu taller se pasaban las horas como segundos. Solo verte trabajar con esa pasión, en lo que ha sido tu vida, a los demás nos hacía disfrutar. Esto se complementa con multitud de recuerdos y consejos, sobre experiencias y errores. Todo esto ha forjado tu leyenda, que será imborrable en el corazón de todos los que te admiramos. Hoy hemos perdido gran parte de nosotros con tu marcha.

Como despedida me gusta recordar que una vez, en la intimidad del taller, me comentaste: "A mí Zamora me ha perdonado todo. He tenido esa suerte y siempre le estaré agradecido".

Te equivocabas querido Ricardo, somos los zamoranos los que te estaremos siempre agradecidos.

Sé feliz allá donde estés, hasta siempre Don Ricardo.

Un alumno siempre agradecido al que marcaste el camino de su futuro.

Suscríbete para seguir leyendo