Despedida del programa Vacaciones en Paz en Zamora | Abrazos largos tras un verano corto
La iniciativa, recortada a mes y medio por los retrasos en los trámites, cierra otro verano con la emoción de las despedidas
"Dame un beso, que ya marchamos". Con alguna lágrima a punto de brotar, las familias participantes en el programa Vacaciones en Paz despidieron este jueves a los 24 niños saharauis que han pasado mes y medio del verano en Zamora y sus pueblos. El rato se ha hecho corto porque lo ha sido. Los retrasos en la tramitación provocaron que los pequeños de 8 y 9 años pisaran la provincia ya el 16 de julio; 20 días más tarde de lo normal. La política reñida con la humanidad.
Al margen de esos asuntos, las familias, los niños y los miembros de la asociación Zamora con el Sáhara se despidieron en un acto que tuvo lugar en la Diputación, bajo la batuta de su vicepresidenta tercera, Amaranta Ratón. La institución provincial mantendrá el apoyo al programa en años venideros para que los muchachos que llegan procedentes de los campamentos de refugiados puedan pasar el verano lejos de las temperaturas más extremas y cuidados y atendidos como corresponde.
No en vano, algunos de ellos han tenido que hacer un alto en la diversión para operarse de anginas o de alguna hernia. Chapa y pintura, en definitiva, en medio de un verano de disfrute en el campo, en la piscina y en las actividades con unas familias que cerraron agosto con un nudo en la garganta viéndoles marchar. En la memoria quedarán anécdotas como las provocadas por el choque de mudarse temporalmente desde el Sáhara hasta Sanabria, lluvia incluida, o las convivencias organizadas en Cañizal y en Corrales del Vino. Siempre con la sonrisa encima.
La memoria guardará los recuerdos, aunque los niños también se llevaron un regalo físico, con una mochila y pinturas que guardaron en la maleta ya preparada a las puertas de la Diputación. "Nos han quitado 15 días de este año; nos gustaría que los niños pudieran llegar por San Pedro y disfrutar de las fiestas", deslizó la responsable de Zamora con el Sáhara, Inés Prieto, antes de situarse en la escalerilla de acceso al autobús para hacer recuento de los pequeños en el inicio del regreso. "Habla con nosotros eh, y pórtate bien", se oyó antes de que el vehículo se alejara entre manos agitadas y sollozos.
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