Los rescoldos del incendio en Otero de Bodas: 10 meses de cárcel y 165.000 euros

Un apicultor de 81 años causaría el fuego de nivel uno que arrasó 79 hectáreas y ardió tres días al tirar brasas al pie del monte Muelo

Los agentes forestales y bomberos sofocan el incendio de 2017 en El Muelo.

Los agentes forestales y bomberos sofocan el incendio de 2017 en El Muelo. / Araceli Saavedra

El fuego provocado a cien metros de Otero de Bodas que arrasó durante tres días 79,49 hectáreas en el monte El Muelo, en el Val de Santa María, podría costar una pena de 10 meses de prisión y el pago de 165.164,16 euros por los daños causados al apicultor acusado de provocar el siniestro ocurrido hacia las 14.34 horas del 3 de agosto de 2017, tras echar unas brasas en la falda de la sierra cuando "la temperatura era de 30 grados, había viento moderado y escasa humedad".

A estas circunstancias se sumó que la Junta de Castilla y León había declarado ya que Zamora estaba en riesgo alto de incendios forestales el 25 de junio, lo que explica que se propagara con rapidez y tardara en sofocarse 72 horas. La carretera hasta Olleros de Tera, hacia donde se propagó el incendio, tuvo que ser cortada al tráfico como medida de precaución.

La jueza le ha procesado como autor de un delito de incendio por imprudencia grave por depositar los restos brasas del ahumador que usó para limpiar sus colmenas "sobre plantas y hojarasca de matorral secas, lo que propició que se prendieran y el fuego se extendiera rápidamente, avanzando por la falda del cerro", al carecer la parcela del apicultor de cortafuegos que pudieran cerrar el paso a las llamas, según las diligencias del procedimiento judicial.

Las llamas se llevaron por delante masa arbolada, en su mayoría, y causaron daño paisajístico en la zona, al tiempo que terminó con "la fuente de alimento, refugio y cría de la fauna existente" de esa parte del monte, destrozos valorados por la Junta en un total de 87.074,34 euros. Esa es la cantidad que reclama en los juzgados el servicio territorial de Medio Ambiente al imputado, de iniciales S.B.B., de 81 años de edad, propietario de 52 colmenas situadas el paraje de Las Laderas y otro en la falda de El Muelo , así como por los gastos de extinción del incendio que causó.

Daños a particulares por 10.640 euros

El virulento fuego destruyó 55,50 hectáreas de superficie arbolada de pino, roble, sauce, chopo, brezo y escoba; y 23,50 hectáreas de encina, brezo y jara, de acuerdo con el informe pericial.

La Fiscalía de Zamora sostiene que la acción imprudente del hombre tuvo consecuencias para seis particulares que vieron afectados terrenos que les hubieran proporcionado 94.760 kilos de leña, bien ya lista para su venta, bien aún por talar. Otra persona de las perjudicadas fue un apicultor que perdió una docena de colmenas y 140 kilos de miel. Los titulares de estas propiedades reclaman 10.640 euros al procesado, que será juzgado probablemente el próximo año, dados los retrasos causados en la actividad judicial por la huelga de funcionarios.

El helicóptero en las laobres de extinción del fuego de nivel 1.

El helicóptero en las laobres de extinción del fuego de nivel 1. / A. S.

Por lo que respecta a los gastos derivados de la extinción del incendio, de ser condenado, podría tener que afrontar el abono de 67.529,82 euros, que tuvo que afrontar el servicio territorial de Medio Ambiente de Zamora. Durante las labores de extinción, un operario forestal tuvo que ser atendido por un golpe de calor y tuvo que ser trasladado al centro de salud de Tábara para ser atendido, sin que se descartara un posible intoxicación por inhalar humo.

Causa, el uso del ahumador sin seguridad

La investigación judicial llegó a la conclusión de que el fuego se originó cuando el imputado inició trabajos para mantener y mejorar las colmenas en la falda de El Muelo, en la finca cerrada por una valla donde tiene 12 colmenas, tarea en la que utilizó un ahumador. Los "restos incandescentes" los arrojó a tres metros del recinto sin tener en cuenta la prohibición expresa para realizar este tipo de labores y sin tener cuidado de las consecuencias que podría tener el abandonar las brasas en ese lugar.

La Junta había prohibido ya el uso del fuego para los apicultores, salvo el empleo de ahumadores si la finca en la que se hallan las colmenas tiene cortafuegos en su perímetro de tres metros de ancho, si se dispone de una mochila de 16 litros de agua y un extintor.

Otra de las condiciones era que ese dispositivo se hallara en un "recipiente metálico con un mecanismo hermético para facilitar su extinción definitiva", indica el escrito de la acusación pública. El apicultor volcó el utensilio usado para adormecer a las abejas sin cumplir los requisitos exigidos por la Junta, una práctica que realizaba habitualmente, indica la Fiscalía, puesto que en el lugar había restos de ceniza de papel, de cartón y de madera que incoarían que el lugar ya había sido usado con esa finalidad.

Suscríbete para seguir leyendo