Bomberos de la capital despiden al cabo ya jubilado José Antonio Pastor Vicente

El zamorano de San José Obrero, "muy querido por sus compañeros" y en Entrala, recibirá sepultura en ese municipio arropado por sus vecinos

Los bomberos acudieron al velatorio de su amigo.

Los bomberos acudieron al velatorio de su amigo. / Cedida

Los Bomberos de la capital están de luto por la pérdida de un compañero "muy querido", José Antonio Pastor Vicente, que murió a los 66 años este domingo 2 de julio a las 20.00 horas, cuya misa de funeral ha sido en Entrala, localidad en la que nació su amada esposa, Vicenta Suaña, "Vicen", fallecida en febrero de 2020, un matrimonio muy unido que tuvo un hijo y una hija.

"Era buena persona, sociable y querido en el pueblo", apuntan vecinos del municipio zamorano, hasta donde le escoltaron con vehículos del Parque de Bomberos de la capital, con las luces de emergencia encendidas y las sirenas sonando.

José Antonio Pastor Vicente.

José Antonio Pastor Vicente. / Cedida

Era "muy querido y apreciado por toda la plantilla" del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Zamora, declara el jefe, José Luis Borrego, quien a las 14.00 horas colgaba en su estado de WhatsApp una fotografía del cabo fallecido con la leyenda "¡¡Nunca te olvidaremos!!, hasta siempre compañero".

Hermano de otro cabo de bomberos recién jubilado en enero de este año, José Antonio Pastor Vicente se dedicó siempre a la profesión de bombero, durante más de 35 años, apunta Borrego, tras comenzar con 24 años en la profesión en la que demostró "compañerismo, siempre dispuesto a ayudar, conocía muy bien el oficio", recalca quien fuera su último jefe.

Los bomberos encienden las luces de sus vehículos en homenaje José Antonio en el velatorio.

Los bomberos encienden las luces de sus vehículos en homenaje José Antonio en el velatorio. / Cedida

Jubilado hace seis años, José Antonio ha recibido esta tarde todo el cariño de la plantilla del Parque de Bomberos, por la que luchó para mejorar sus condiciones salariales y profesionales como delegado sindical, "fue uno de los que logró el turno de las 24 horas", destaca José Luis Borrego, que recuerda al hombre "razonable, muy buena persona, quien le conociera no puede decir una mala palabra de él".

Escoltado hasta Entrala

Esta tarde recibió su último adiós rodeado del cariño de esos compañeros, mayores y jóvenes, que le escoltaron con los vehículos oficiles del Parque de Bomberos hasta Entrala, y de los vecinos del que consideraba su pueblo, su localidad de adopción, a la que estaba muy vinculado y en la que guardaba buenos amigos, "hacía mucha vida allí", indican las mismas del municipio. Y es que escapaba siempre que podía para jugar la partida de cartas con sus colegas, a pesar de que su residencia familiar estaba en el barrio de San José Obrero de Zamora.

Varias personas a las puertas de la funeraria para dar el pésame.

Varias personas a las puertas de la funeraria para dar el pésame. / Cedida

Los bomberos volvieron a encender luces y sirenas de los vehículos para despedir a José Antonio al salir del templo de Entrala, y escoltaron con sus vehículos el coche fúnebre de su regresó a Zamora, donde se está incinerando su cuerpo en estos momentos.

La Iglesia de Entrala "se quedó muy pequeña" para acogar a tantas personas que se reunieron para acudir a la misa de funeral, "había más gente dentro que fuera, no se cabía", señala borrego.

José Antonio murió ayer, día 2 de julio, tras una enferemedad que le llevó a ingresar en el Hospital Virgen de la Concha para realizar unas pruebas y que, mucho antes de lo esperado, terminó con su vida.