Apuntes de un estudioso zamorano por el Madrid más artístico

En la calle, plazas y parques, y en los museos y galerías con sus muy diversas manifestaciones, la escultura reclama la atención y la vigencia de sus valores. Parecería que estuviese programado, pues en los últimos tiempos no se prodigaba su presencia; pero naturalmente que es una afortunada coincidencia y quizás también algo de apreciación personal.

Aunque no creo que haya dudas, pues una comparativa con las últimas temporadas lo deja claramente en evidencia. Y me parece pertinente contarlo aquí, donde tanto interesa la escultura, donde ha habido y hay tan buenos escultores. Pueden ser referencias para salir de posibles ensimismamientos y abrirse a horizontes estimulantes y a la vez para cotejar quehaceres y proyectos. Una ordenación aproximadamente cronológica a la inauguración de cada actividad va a facilitar un apretado relato:

Proyecto Solitarias, una escultura-vivienda para las abejas en Valorio

Juana I de Castilla en estatua, tallada en piedra caliza, surge en el Retiro una mañana del pasado mes de abril sobre el pedestal vacío del Paseo de las Estatuas. Una sorprendente iniciativa del Ayuntamiento de Madrid “para conmemorar el papel que jugó esta reina en la Revolución de las Comunidades de Castilla en el V Centenario de Villalar”. Fue encargada a la joven escultora viguesa Iría Groba Martin, que tiene estudio en Madrid; y parece que el proyecto contó con la aquiescencia del presidente Fernández Mañueco. Pero apenas se ha dado información ni a los madrileños, ni a los castellanoleoneses.

Por esas fechas se inauguraba la GALERIA JÓNICA, habilitación de un nuevo espacio en el Museo del Prado para poder contemplar una colección de esculturas y artes decorativas desde el antiguo Egipto hasta el siglo XIX. Al tiempo que en los últimos cambios en las salas la representativa escultura española del siglo XX tiene más visibilidad e información.

En la reformada y expandida Plaza de España, TRES MONUMENTALES ESCULTURAS añaden el arte más contemporáneo al ambicioso proyecto urbanístico, que ha tenido sus reticencias conservadoras, aunque ya se va entendiendo y disfrutando. La escultora y grabadora Blanca Muñoz, de larga ejecutoria y ahora académica de San Fernando, ha creado esas obras en acero, dominado en traza geométrica, variantes en gran formato, que pueden apelar a la cosmología o la orfebrería, experiencias de su abarcadora dedicación. También es la autora en ese mismo espacio de una sugerente fuente de mármol.

A principios de julio finalizaron las obras para hacer más transitable y facilitar la contemplación del MUSEO DE ESCULTURA AL AIRE LIBRE de la Castellana. Fue el extraordinario y voluntarioso logro que a mediados de los años setenta, por iniciativa principalmente del ingeniero Fernández Ordoñez y del escultor diseñador Eusebio Sempere, que imaginaron y crearon ese espacio urbano para cobijar y enseñar el mejor arte: Chillida, Alberto Sánchez, Martin Chirino, Pablo Serrano… hasta diecisiete escultores. Falta, ciertamente, alguno especialmente importante para nosotros, que gustaría ver en esa colección; ausencias debido a que hubo de hacerse con gestiones privadas y oportunas donaciones.

Contribución fundamental para un mejor entendimiento de la escultura abstracta es la exposición que ofrece la Fundación MAPFRE “Julio González y Pablo Picasso y la desmaterialización de la Escultura”. Con numerosas obras de los dos artistas, y de otros coetáneos, y los comentarios de textos y cartelas, esta muestra, iniciada por el historiador y gestor de arte Tomás Llorens (fallecido en junio del 2021) y ultimada por su hijo, aclara y documenta el proceso del nacimiento de la nueva escultura. Visita muy recomendable, abierta hasta el 8 de enero; se ha editado un buen catálogo.

A la salida, en el mismo Paseo de Recoletos, nos encontramos con una inequívoca escultura de Manolo Paz. Es una de las doce que compone la serie “LA DISTANCIA QUE UNE”, que estuvo en Santiago de Compostela y ahora homenajean al Madrid Paisaje de la Luz, reconocido por UNESCO. Y aquí cabe la observación, que la proyección de este singular artista, que lo es por méritos propios, tiene también el explicito apoyo de sus instituciones regionales y, ahora de la activa galería Max Estrella; como todo aficionado sabe bien, hay una característica obra de Manolo Paz en Zamora.

Tratando de la escultura más contemporánea siempre hay que tener presente a “El Reina”, que dicen sus habituales; hasta media docena de exposiciones temporales en las sedes que ocupa y programa el Museo Nacional CENTRO DE ARTE REINA SOFIA. Creaciones más conceptuales e instalaciones ad hoc para el Palacio de Cristal o para el Sabatini, donde en ocasiones se ocupan espacios un tanto recónditos pero muy efectistas. Así lo hace la actual muestra de la joven arquitecta y acreditada escultora malagueña, residente en Londres, Leonor Serrano.

Acabando el recorrido por la periferia, en la quinta torre del Norte (Caleido), que también quiere tener su entorno de atractiva plástica. O en Boadilla, donde el Banco de Santander añade a su colección una gran escultura de Richard Serra.

Y además de todo esto, la prueba más concluyente y convincente de un renovado interés por la escultura lo están dando las Galerías Comerciales; las más conocidas y acreditadas han montado grandes exposiciones individuales, algunas de ellas siguen, de Oteiza, Barceló, Leiro, Blanca Muñoz, Schloser, Olafur Eliasson…

He tenido la oportunidad, durante todo este año, de poder ver y disfrutar de este generoso y sorprendente panorama, que es una afición en buena parte imbuida por mis amistades zamoranas. Estoy recordando ahora a Higinio Vázquez, Tomás Crespo, Jose Luis Coomonte y Antonio Pedrero tan buenos escultores y tan buenos amigos. Me gustaría que leyeran este escrito y quizás algún día poder comentarlo. Y, naturalmente, que interese a muchos lectores.