La Opinión de Zamora

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Viernes negro para el comercio local

Los pequeños establecimientos de Zamora no pueden competir con las rebajas que ofrecen las grandes cadenas y las plataformas online en las jornadas del Black Friday

Dos personas mirando productos en un escaparate. | Ana Burrieza

Un año más llega el Black Friday a Zamora, fecha en la que los consumidores aprovechan para comprar aquello que les hace falta, se dan un capricho o adelantan algunos de los regalos de navidad. Sin embargo, no todo son ventajas, esta fecha importada de Estados Unidos representa un riesgo para el pequeño comercio de la ciudad.

Muchos establecimientos zamoranos no pueden permitirse hacer frente a los descuentos que ofrecen las grandes cadenas y las plataformas de venta online. Adolfo Sainz, presidente de la Confederación de Comercio de Castilla y León, sentenciaba que esta celebración “solo beneficia a las grandes superficies, puesto que el sector espera a las navidades para poder aumentar sus márgenes de beneficio, al suponer estas fechas en torno a un treinta por ciento de su campaña anual”.

Los establecimientos de la ciudad atraviesan un momento crítico, con una inflación muy elevada y la acumulación de una serie de factores, como la pandemia, que han puesto en riesgo su sostenibilidad, por lo que los dueños de los comercios destacan que “estos descuentos llegan en un momento de gran riesgo para su economía, cuando los consumidores miden cada gasto que hacen con cuentagotas”.

De hecho, destacan que “el comercio necesita lo contrario, subir sus precios para poder hacer frente a las facturas de la luz, las rentas y otros gastos”, pero que, “si continúan sin hacerlo es por no perder más ventas”, por lo que hacer rebajas supone reducir aún más su margen de beneficio. De la misma forma, sostienen que “los caprichos están cada vez más limitados, se compra lo que se necesita, sin grandes despliegues económicos innecesarios”.

El propietario atendiendo la mercería Dimas. | Jose Luis Fernández

Sobre esta cuestión, los expertos indican que la previsión de este Black Friday no es buena. Calculan que la intención de compra se ha desplomado y el 40% de la población no tiene previsto realizar ninguna compra, por lo que, de hacerse realidad, las ventas afrontarían un descenso de cinco puntos respecto a la campaña de 2021. Entre los consumidores, la negativa viene dada en su mayoría por falta de presupuesto, y en el caso de los que afirman que realizarán alguna compra, el motivo principal es el de ahorrar en las compras de los regalos navideños.

De la misma forma, el presupuesto también cae alrededor de un seis por ciento. Aumenta el porcentaje de los consumidores que gastarán entre cero y cien euros, pero se reduce notablemente la cifra de compradores que invierten más de cien euros en las compras durante la campaña , de la misma forma que el número de ciudadanos que piense realizar un gasto superior a los 200 euros.

Otro varapalo para el comercio local llega con las preferencias del lugar de compra. Nuevamente, desciende la intención de adquirir productos en las tiendas físicas y aumenta la venta online. Además, cae el número de personas que piensan en comprar por ambos canales. La explicación se centra en que los clientes perciben mayores descuentos en las plataformas de Internet, cayendo los motivos de la comodidad en el envío a domicilio o la mayor amplitud de la oferta.

En lo relativo a los que prefieren la compra en establecimientos físicos se mantiene la elección por la posibilidad de poder probar el producto, aunque también experimenta un descenso.

Como dato a tener en cuenta, los economistas sostienen que el noventa por ciento de las compras son espontáneas, por lo que dependen de lo atractivas que se perciban las ofertas por parte del consumidor. Una cuestión que vuelve a chocar con la situación del comercio, puesto que mientras las grandes cadenas pueden publicitar rebajas muy elevadas en sus escaparates, las suyas tendrán que ser notablemente más comedidas, reduciendo ese efecto óptico que llame la atención de los compradores.

La huella ecológica de los descuentos, las compras y las devoluciones

Según los informes de las anteriores jornadas del Black Friday, el cincuenta por ciento de los artículos adquiridos se devuelven, lo que supone un impacto de terribles dimensiones para el medioambiente, como consecuencia del aumento de envíos en la paquetería. De la misma forma, aumenta la huella ecológica con el incremento del consumo de productos como los textiles, que generan grandes residuos, además de un aumento en el gasto de materias primas y una mayor contaminación durante el proceso de fabricación.

En la misma línea, las ventas de productos electrónicos generan contaminación, al no reciclarse de forma correcta más del setenta y cinco por ciento de sus residuos, como también sucede en los bienes que estén hechos a base de plásticos, como los juguetes o los propios embalajes necesarios para los envíos de los productos adquiridos en la campaña. Igualmente, con estas corrientes, aumentan los productos de corto uso, que terminan sus días en vertederos, incrementando la contaminación del aire, el agua y el suelo.

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