La Opinión de Zamora

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Ocio en Zamora

La armonía del escultor Pedro Fernández Roales

El artista zamorano presenta una veintena de obras en su regreso expositivo a la ciudad con “Introspección” en la galería de arte Espacio 36

En primer término, algunas de las esculturas de Pedro Fernández Roales y público. | E. F.

La sencillez y la armonía de las formas representan algunas de las señas de identidad de su hacer creativo que vuelven a estar presentes en la exposición “Introspección” del escultor Pedro Fernández Roales.

El creador zamorano en su regreso a la ciudad que le vio nacer congrega un total de 20 obras, doce de ellas inéditas y realizadas mayoritariamente en los últimos tres años, en una nueva muestra en solitario en la única galería de arte existente en la ciudad.

Diseminadas por los distintos ámbitos de la galería de arte Espacio 36 pueden contemplarse desde su particular homenaje a la tauromaquia, personificada a una mujer que tiene una montera y sin brazos “para darle un toque más espiritual”, describe el escultor.

Público contempla obras del escultor EMILIO FRAILE

Fernández Roales también fija su atención en el cuerpo femenino que aborda tanto con piezas realistas como con otras más abstractas, sin pasar por alto un guiño a su Zamora, con una bella escultura del obispo San Atilano, que tiene como base el puente hecho en acero, o varias piezas vinculadas al Cerco, del que se conmemora el 950 aniversario, con una pieza dedicada a doña Urraca y otra a Arias Gonzalo, observados muy de cerca por su particular interpretación de un ángel custodio.

La mitología, que con anterioridad ya ha trabajado el escultor, vuelve a tener cabida en “Introspección” con una creación titulada Dafne, donde apuesta más por las líneas rectas frente a la curva que protagoniza casi toda la producción que puede disfrutarse hasta el próximo sábado 8 de octubre.

Pedro Fernández Roales emplea el bronce para las esculturas y el acero y a veces también el mármol para las peanas “para conseguir un poco de contraste”, comenta el artista que también realiza una revisión muy personal del cuadro de “El beso” de Gustav Klimt a quien admira profundamente.

“Siempre tengo entre mis referencias al modernismo, a Baltasar Lobo, a Henry Moore o Gustav Klimt que luego llevo a la abstracción y a la neofiguración, pero siempre buscando la belleza, los ritmos y las formas para dar lugar a piezas que sean armónicas y agradables” comenta el escultor que se decanta por la curva redonda en sus creaciones.

El autor también recurre a una variedad de pátinas en sus creaciones, algunas de hasta 30 centímetros de altura. En algunas “he utilizado nitrato de cobre porque me gusta variar los acabados”, testimonia.

La obra dedicada al obispo San Atilano Emilio Fraile

Pedro Fernández Roales cree que el público en esta nueva muestra en solitario “va a seguir viendo la misma línea de trabajo, pero evolucionada en algunos aspectos hacia la síntesis”. El escultor, que fue alumno de la Escuela de Arte de Zamora, defiende que sus obras “son nuevamente fieles a mi forma de expresar, pues yo no sigo modas sino que expreso aquello que deseo comunicar”.

El creador, asentado desde hace más de una década en la localidad malagueña Antequera, combina la creación propia con su faceta de docente, ya que imparte clases de modelado y vaciado en la Casa Museo Taller de Cerámica de Casabermeja.

En su trayectoria he recibido numerosos premios y ha efectuado once monumentos de obra pública, entre los que figura el Monumento a la Semana Santa y El aire sin tiempo en Antequera o Águila Real, para el municipio madrileño de Colmenar Viejo.

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