La investidura de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de la Junta de Castilla y León abre un nuevo ciclo político en la comunidad. El líder popular seguirá al frente del Gobierno autonómico, pero cambiará a sus compañeros liberales de Ciudadanos por la ultraderecha de Vox, que se incorporará al Ejecutivo para asumir las áreas de Agricultura, Empleo e Industria y Cultura. El control del PP sobre el socio minoritario marcará hasta qué punto hay un cambio significativo en la gestión y en el discurso, aunque las instituciones zamoranas confían en que los proyectos en marcha sigan adelante sin mayor inconveniente.
Los asuntos concretos
El presidente de la Diputación, Francisco José Requejo, puso el foco este martes en dos asuntos concretos, la “silver economy” y el apoyo a la feria Fromago. La expectativa del mandatario de Ciudadanos es que la salida de los suyos del Ejecutivo autonómico y la entrada de Vox no afecte en modo alguno a los acuerdos previos de colaboración, y es que la estrategia estrella de la institución provincial y la principal apuesta para 2022 merecen, a su juicio, un compromiso inalterable, más allá de los vaivenes de carácter político.
En el caso de la “silver economy”, tanto Mañueco como la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades en funciones, Isabel Blanco, han puesto de manifiesto en varias ocasiones su apoyo a la estrategia y su intención de posicionar a Zamora como referente de la economía del envejecimiento. Aún se desconoce si la zamorana continuará al frente de este área, pero sí ha quedado claro que el Partido Popular mantendrá el control sobre la parcela, por lo que existen razones para pensar que no habrá cambios sustanciales.
En lo que tiene que ver con Fromago, la Diputación amarró los apoyos antes de la tormenta política que agitó a la comunidad a partir de diciembre, pero aquí el área de Agricultura sí ha cambiado de manos. A propuesta de Vox, Gerardo Dueñas será el nuevo responsable de la Consejería, lo que implica una novedad que, para Requejo, tampoco ha de afectar a lo esencial: “Lo que me preocupa es que lo que tenemos avanzado para Zamora se lleve a cabo”, deslizó el presidente provincial, que se limitó a expresar su deseo de que el territorio salga beneficiado de las políticas que se apliquen.
Confianza en las infraestructuras
Por otro lado, ya antes de la investidura, cuando se anunció el acuerdo de Gobierno entre los populares y Vox, los responsables de las instituciones zamoranas dejaron patente su confianza en que la cordura se imponga en los asuntos ya definidos, como ocurre con las obras que están en marcha. Nadie teme por las infraestructuras comprometidas, por ejemplo, en la capital, donde deben culminarse proyectos como el centro cívico o el conservatorio de música.
La preocupación que manifestó desde la ciudad Izquierda Unida iba más orientada a las políticas generales y a las decisiones ideológicas que a los proyectos más concretos. Por esa vía habrá que ver qué ocurre con uno de los asuntos que quedó sobre la mesa en la legislatura anterior: la reforma sanitaria en la comunidad.
Antes de la pandemia, la Consejería de Sanidad, que se hallaba en manos de Ciudadanos promovió un plan piloto en Aliste para impulsar cambios en la gestión, ante la preocupación creciente sobre la sostenibilidad económica de los servicios. La irrupción del COVID frenó esa iniciativa y el rechazo social lo enterró antes de la ruptura definitiva del PP con su entonces socio de Gobierno.
Ahora, las zonas rurales permanecen atentas a lo que pueda ocurrir durante esta legislatura. El área de Sanidad estará en manos del PP, por lo que la gestión de estos servicios dependerá directamente del socio mayoritario, aunque aún se desconoce la identidad del consejero o consejera que se ocupará directamente de la cuestión.
Mesa provincial de la despoblación
Los populares asumirán, de igual modo, el grueso de las políticas vinculadas a la lucha contra la crisis demográfica en la comunidad, y ahí Zamora tiene mucho que decir y reclamar. No en vano, tras Semana Santa, la Mesa Provincial de la Despoblación mantendrá un encuentro del que saldrán distintas reivindicaciones relacionadas con el futuro del territorio. Si los planes de Requejo se cumplen, una de ellas tendrá que ver con la elaboración de una ley autonómica que abra una nueva puerta a los beneficios para aquellos territorios más lastrados por el envejecimiento y el éxodo de su gente.
Lo que, en principio, se ve frenado por el acceso del PP a parte de las responsabilidades que abandonó Ciudadanos a finales de 2021 es la fusión de municipios, una vía que el exvicepresidente Francisco Igea pretendía explorar en aras de la eficiencia, pero que no llegó a abrirse, en parte, por las reticencias de los populares.
Estas son solo algunas de las cuestiones que tendrán que dirimirse en los próximos años a nivel autonómico y que afectarán directamente a Zamora, una provincia que, más allá de filias y fobias, necesita un impulso urgente mande quien mande en Valladolid.
