La Policía Nacional de Zamora, en colaboración con la Policía Judiciaria Portuguesa, ha llevado a cabo una operación que ha logrado liberar a seis mujeres que estaban siendo víctimas de explotación sexual, informó la Subdelegación del Gobierno.

Precisamente la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, acompañada por el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, tienen previsto presentar este viernes los detalles de la operación policial.

El ejercicio de la prostitución por parte de mujeres obligadas por las tramas de trata es una práctica no siempre fácil de detectar. Durante la pandemia se han cerrado los clubes de alterne, debido a que las restricciones motivadas por el control de la enfermedad han afectado de lleno al tipo de actividad que se llevaba a cabo en estos lugares.

Prostitución en pisos

La prostitución se ha trasladado a los pisos particulares, mientras los locales languidecen e incluso alguno de los más conocidos han anunciado ya que no volverán a reabrir. Pero la prostitución se sigue ejerciendo.

Es en este ambiente donde se mueven las tramas de mujeres con fines de explotación sexual. El modus operandi es siempre el mismo. La red de prostitución capta mujeres en los países de origen, normalmente entre capas sociales con bajos recursos, a las que prometen un trabajo en el España. Cuando llegan al país ha contraído la correspondiente deuda con el viaje y les retiran el pasaporte, para cortarles la posibilidad de huir. Y se encuentran con que el trabajo que tienen que desarrollar es el de la prostitución.

Según algunos testimonios recabados por este diario cada prostituta puede tener entre 14 y 17 clientes en una noche, que pagan su correspondiente “servicio”, aunque no todo que da, ni mucho menos, para las trabajadoras del sexo. De hecho deben pagar la habitación y se les descuenta también otro material de trabajo, incluidos los condones.

El resultado es que la deuda se hace eterna y el trabajo se convierte en una explotación ya que no es voluntario. La Policía y la Guardia Civil desarticulan en ocasiones redes de trata de mujeres, aunque en algunos casos es difícil demostrar que no se trata de un ejercicio voluntario de la prostitución. Si hay sentencias en las que alguna de estas prostitutas ha logrado en los tribunales que se reconozca la existencia de una relación laboral, ya que normalmente figuran como su fueran clientes de los hostales que en realidad son clubes de alterne.

Además hay otras figuras, como los delitos contra la libertad sexual, en aumento en Zamora.