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ZenetMúsico y actor

“Los conciertos en pandemia están siendo muy emocionantes”

“A través de la mascarilla percibes las lágrimas de emoción y esa arruguilla en el ojo que se marca siempre con la sonrisa”

“Los conciertos en pandemia están siendo muy emocionantes”

Vive posiblemente su mejor momento profesional y claramente el mejor a nivel personal. En plena era pandémica ha logrado grabar y publicar un disco con sus mejores canciones reinterpretadas a dúo. Compañeros de viaje tan artesanos de la música como él, tan coherentes e independientes como él se han sumado al viejo sueño de Zenet. En mitad de fiebres reguettonera y similares, la voz de este crooner malagueño es un bálsamo para el alma. Esta noche los toresanos están de enhorabuena con su visita y con la presentación de este “Zenetianos”.

– ¿Qué hay que tener para pertenecer a la orden de los Zenetianos?

– Jajaja. La palabra, el concepto se lo robé a un periodista que la acuñó cuando hablábamos de esa idea como de parroquia, de esa gente que te sigue y que te enseña o te transmite a otros. No sé me parece una cosa muy linda porque nosotros trabajamos con una compañía pequeñita e independiente en la que todo se hace poco a poco y esa idea de que unos te descubran a través de otros hace a la gente partícipe de un proceso y eso crea una afinidad muy interesante.

– Tiene que ser un gustazo grabar un disco compartiendo sus temas con lo mejorcito de cada casa…

– Un gustazo y un sueño. La verdad es que me lié la manta a la cabeza. Un día me paré a pensar si podría hacer un disco con la gente que me gusta, admiro y respeto. Empecé a contactar con toda la timidez del mundo con algunos que son paisanos y amigos y con otros con los que no había hablado en mi vida, sin saber si les interesaría el proyecto. Porque hablamos de gente muy grande que tiene unas agendas de locura. Y fue muy bonito comprobar no sólo que estaban dispuestos sino que conocían mi trabajo y había una admiración mutua. Y ya para rematar fue maravilloso que, a pesar de la pandemia, cumplieran su palabra para hacer la grabación del tema y su correspondiente videoclip.

– Sí, porque este disco no sólo se escucha sino también se ve.

– Así es. El concepto de “Zenetianos” es bello y bonito pero arriesgado. Grabamos imagen y sonido de una sola toma con pocos elementos y del tirón, sin edición ni montaje. Tal cual se grabó, tal cual lo ves y lo escuchas. Ahí tienes las quince canciones y los quince videoclips porque queríamos compartir con la gente la magia que se creó en cada una de las grabaciones y más teniendo en cuenta el momento que estábamos atravesando.

– La llegada de la pandemia y el posterior confinamiento.

– Efectivamente. “Zenetianos” se graba en tres tiempos bien diferentes. Por ejemplo los temas de Virginia Maestro, Coque Maya o Javier Ruibal se realizan aún a modo de documental, en casa ensayando. Aún vivíamos tranquilamente y no sabíamos la que se nos venía encima. La siguiente fase fuimos haciéndola en la medida de las posibilidades, ya en pleno confinamiento, grabando con todas las medidas COVID en mi oficina de Madrid, un equipo mínimo, dos taburetes y poco más. Ahí estuvieron entre otros Rozalen, El Kanka o Silvia Pérez Cruz, que para mí es una diosa cantando y a la que, para rematar le pilló la nevada Filomena llegando en Ave a Madrid. Después llegó una tercra fase con una permisividad ya determinada para viajar y me fui a Málaga, a mi tierra, para grabar con Vanesa Martín y Miguel Poveda. Si por mí hubiera sido hubiéramos seguido y tendríamos un disco doble. Pero era todo tan raro, tan complicado… De repente podías viajar, de repente no… Así que ahí están estos quince temas y yo agradecidísimo a los que están en ellos.

– Llega a Toro con sus “Zenetianos” bajo el brazo el brazo. ¿Cómo está yendo la gira en las presentes circunstancias?

– Bueno, hay suspensiones porque la incidencia sube y baja pero soy uno de los grandes afortunados que llevo trabajando desde junio del 2020. He compartido iniciativas organizadas por la Junta de Andalucía que ha permitido meter la música en los museos. También estoy en los conciertos que gracias a Patrimonio Nacional están entrando en sitios antes impensables como el Patio de Armas del Palacio Real de Madrid o los jardines del Palacio de Aranjuez. Mi formato encaja muy bien en los llamados Festivales con Encanto como el vuestro de Toro. Me dan la oportunidad de tocar en sitios maravillosos como los que te he comentado o el Muelle de Alicante, Los Baños Arabes, El Generalife…

– ¿Es importante que nuestra riqueza patrimonial se abra a la música, al teatro, a la danza…?

– Yo no me canso de decirlo y de pedirlo así que cualquier alcalde o concejal de cualquier ciudad que vea este tipo de espectáculos que se sume por favor. No hay nada más bello que un espectáculo en un jardín, en una plaza de la catedral, en un palacio real… Ten en cuenta que se trabajan todos los sentidos. Lo que estás viendo y escuchando sobre el escenario, el olor de los jardines, la historia que contemplas a tu alrededor y que te entra por los ojos… Es como un viaje de los sentidos. Así que yo creo que aunque cueste un poco a nivel burocrático ojalá podamos seguir tocando en sitios tan espectaculares.

– En Zamora tenemos suerte. Por nuestra Plaza de la Catedral ha pasado desde Andrés Suárez a Pablo Milanés.

– Es que no sabes la diferencia que existe entre estar arriba del escenario y ver un entorno maravilloso, a tocar en un campo de fútbol que al fin y al cabo es un patatal. Desde luego que no hay nada mejor para una noche de música que lo que llaman un “marco incomparable”alrededor. La magia que se crea es inigualable.

– ¿Están siendo especiales estos conciertos en pandemia?

– Mucho. Recuerdo que en el primer concierto que dimos el 1 de junio de 2020 íbamos todos asustados. Todos. El público y nosotros mismos. En las colas ni se respetaba aún el núcleo de convivencia. Todo el mundo tenía que estar a dos metros. El aforo estaba colocado en forma de damero de ajedrez. Me acuerdo de ver esas primeras lágrimas de la gente que había estado encerrada durante 3 meses sin ver más allá de su casa y de la televisión. Y de pronto sentir la vibración de la música, que alguien canta delante de ti... Veías cómo corrían los lagrimones y percibías la arruga en el ojo de una sonrisa detrás de la mascarilla. Y esos ojos como faroles en ese momento en que para la persona no existe nada más que tú en el escenario... Fue y sigue siendo alucinante. Es difícil expresar con palabras esa conexión con la gente que va mucho más allá de todo.

–Además de cantante usted es actor, pintor e incluso bailarín. ¿La música le ha acabado ganando la partida al resto o no?

– Bueno, lo que pasa ahora es que por ejemplo tengo la comodidad de manejar un poco mi carrera sabiendo que mi agenda musical está fuerte. Pero mira, por ejemplo acabo de terminar de rodar la segunda parte de la serie Toy Boy para Netflix donde hago de malo malísimo y ya me han avisado de que mi personaje ha funcionado tan bien que vamos a por la tercera temporada en septiembre. Siempre que el papel me parece interesante ahí estoy. Me pasó con mi papel en “H” también para Netflix. Un tipo que canta e interpreta al piano con su chaqueta de lentejuelas cuando su mundo se está derrumbando. Un tipo que conoce el lado oscuro.

– ¿Como usted?

– Si te refieres a que yo fui uno de los que volvió del infierno pues sí, así es.

– ¿Y cómo se ve la vida después de ese viaje?

– Estoy en el mejor momento de mi vida, después de seis años de un proceso personal complicado. Estoy en ese camino que señalaban las puertas de los templos griegos, aquel “ conócete a ti mismo”. Un camino largo. Porque conocerse supone aceptarse a uno mismo que es lo más difícil ya que una vez que te aceptas puedes avanzar. Luchar contra uno mismo paraliza y es una lucha terrible.

– Y en ese camino se cruza su voluntad de convertirse en terapeuta.

– Me pillas haciendo los últimos exámenes de mi segundo postgrado en Arteterapia y Musicoterapia que lo añado al primero sobre drogodependencia con la Universidad de Barcelona.Creo que he descubierto en mí una gran vocación para traspasar mi propia experiencia a todo el que quiera escucharla. Y no sólo para trabajar con la gente que ya está con el barro al cuello. Hay que trabajar en la prevención. Es lo más importante . Trabajar la base para evitar males mayores.

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