Las quejas del personal de Atención Primaria durante los meses más duros de la pandemia el pasado año 2020 estaban plenamente justificadas, como así ponen de manifiesto las cifras aportadas por la propia Consejería de Sanidad. Los médicos han pasado consulta a una media de 45 pacientes al día en los momentos críticos de la etapa COVID. Las enfermeras, por su parte, han alcanzado picos de 17 atenciones diarias de media. Unos números que no se corresponden, ni mucho menos, con la normalidad. Y es que la medicina de familia ha sido la primera puerta a la que han llamado miles de ciudadanos afectados por el coronavirus, a los que hay que sumar aquellos que no han dejado sus necesarias consultas por otras causas durante esta etapa. Todo ello ha generado un cóctel explosivo que ha terminado por asfixiar a los profesionales que trabajan cara a cara con los zamoranos.

Los datos sobre actividad asistencial en Atención Primaria en el área de salud de Zamora son demoledores y dan buena muestra de la fatiga a la que ha sido sometido el sistema desde que el pasado mes de marzo se desatara la pandemia del coronavirus. La medicina de familia venía de un año 2019 que cerró con una media de presión asistencial de 27 consultas atendidas por profesional y día. Una estadística que explotó por los aires en el primer trimestre del 2020, con la enfermedad circulando sin control por la provincia. En ese momento inicial, los números se dispararon especialmente en la capital, donde los médicos de los centros de salud experimentaron un crecimiento de la presión asistencial de 30 consultas al día en Parada del Molino, 32 en Virgen de la Concha o 34 en Santa Elena y Puerta Nueva. Unas cifras que se replicaron casi en los mismos términos en los centros de salud de Benavente y Toro.

Clausura de los centros de salud

La situación se alivió en los meses de abril, mayo y junio, en cierto modo por la clausura casi total de los centros de salud. No obstante, las consultas continuaron por la vía telefónica en este segundo trimestre y la presión no llegó a bajar nunca de los 30 pacientes al día para los médicos de familia de los principales núcleos de población de la provincia. Un crecimiento que experimentaron de la misma manera las enfermeras, con hasta 12 o 13 atenciones diarias pese a todas las restricciones impuestas en el decreto de estado de alarma.

Sin embargo, la llegada del verano y el levantamiento de estas medidas supuso un nuevo repunte de la demanda de consultas, tanto telefónicas como presenciales. Por eso, durante los meses de julio, agosto y septiembre, la Atención Primaria de la provincia de Zamora registró picos que rara vez se habían alcanzado.

En este tercer trimestre, la media de consultas diarias para los médicos de Santa Elena fue de 45 al día, mientras que en Parada del Molino se elevó hasta 41, en Puerta Nueva hasta 40 y en Benavente Sur esa misma cifra. La media en el total de centros de salud y consultorios de la provincia fue, para estas fechas, de 35 consultas por médico de familia al día y de casi 14 para las profesionales de la enfermería. La presión que durante meses denunciaron quienes trabajan en Atención Primaria quedan registradas negro sobre blanco en las estadísticas de la Consejería de Sanidad, donde se pone de manifiesto que la situación ha estado al borde de la asfixia.

TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL CORONAVIRUS EN ZAMORA