Las máquinas trabajan ya en el cauce del río Duero para arreglar el azud de las aceñas de Cabañales, un proyecto presupuestado en 50.000 euros por el Ayuntamiento de Zamora para cerrar el agujero abierto en la construcción por el efecto de la presión de las aguas, unos trabajos que se prolongarán durante dos meses. La constante erosión de la ribera de la isla de Los Conejos o del Puente se ha convertido en “un serio problema” para la integridad del terreno, "se la está comiendo poco a poco”, en palabras del concejal de IU de Medio Ambiente, Romualdo Fernández.

La institución local cumple así con una vieja reivindicación que se ejecuta con el desvío del cauce para que la empresa contratada repare el azud. La técnica ya se usó para rehabilitar sobre las aceñas de Olivares o para la reedificación de las de Cabañales, cuando se construyeron las pequeñas “barreras”, los azudes, para elevar el nivel del caudal a lo largo del cauce y poder derivar parte del mismo. Los azudes sirven para facilitar agua a las acequias, aunque también para controlar las corrientes del Duero.

El deterioro de la pequeña presa levantada al pie de las aceñas de Cabañales comenzó hace cinco años y ha terminado por generar un boquete por la embestida de las corrientes, por el que descarga con fuerza la fuga de aguas de la presa contra el atolón de la isla de los Conejos más cercano al Puente de Piedra. En este espacio natural habitan y se reproducen multitud de especies de animales vertebrados terrestres, endógenos del Duero como nutrias, galápagos (tortugas de agua dulce), aves rapaces, garzas o cigüeñas. La vegetación salvaje es otro de los valores con un importante número de árboles que surgieron de forma espontánea, según documenta un estudio sobre la biodiversidad del río, como chopos, fresnos o sauces, lo que explica que las islas de ribera del Duero sean zonas de cría y refugio de las aves.

La actuación preserva una de las cinco islas ubicadas en tramo urbano del Duero que el Consistorio quiere incluir en la Red Natura 2000 por sus bosques de ribera y las 225 especies que se refugian en el entorno y están en peligro de extinción. La Concejalía cuenta con conseguir la calificación de Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y de Lugar de Interés Comunitario (LIC).