El mandato se agota y el equipo de Gobierno formado por Izquierda Unida y el PSOE trabaja contrarreloj para impulsar los proyectos comprometidos tanto en el programa electoral como a lo largo de los tres años y dos meses que llevan sus miembros como inquilinos de la Casa de las Panaderas. La realidad es que el curso político arranca en apenas una semana y será entonces cuando el alcalde, Francisco Guarido, y los suyos encaren la recta final para dar salida a un buen puñado de asuntos, varios de ellos aún herencia del pasado; temas enquistados, algunos casi malditos, que llevan años y años en la agenda.

Ese es el caso de la construcción de la biblioteca y el centro de adultos en el antiguo matadero de la Avenida de Galicia. El proyecto para darle un nuevo uso al edificio tiene su génesis en un concurso de ideas convocado para tal fin hace ahora 25 años. Quince más tarde, en el 2008, se adjudicó la obra, que debería haber concluido en el 2010 tras un plazo de ejecución de 18 meses. La quiebra de la empresa Cadarso XXI dejó el asunto parado hasta que, en el 2013, Rosa Valdeón trató de darle un nuevo impulso con una inversión de 350.000 euros que resultó insuficiente.

Ya con Francisco Guarido en la Alcaldía, el tema ha vuelto al epicentro del debate político y se ha convertido en uno de los asuntos que el responsable municipal quiere dejar zanjados antes de someter la continuidad de Izquierda Unida en el poder a la voluntad de los ciudadanos.

De este modo, el Ayuntamiento tiene consignado un millón de euros para poder hacer frente a una actuación que actualmente se encuentra en fase de contratación y que debería relanzarse en los últimos meses del año. De hecho, según el concejal de Hacienda, Miguel Ángel Viñas, el equipo de Gobierno trabaja con la perspectiva de que las obras estén en marcha antes de que concluya el 2018.

De ser así, el centro de adultos y la biblioteca podrían ser un hecho antes del final del mandato, tras un plazo de ejecución de seis meses. Esto supondría un espaldarazo a la gestión de Guarido y los suyos, aunque Viñas aclara que no trabajan con la vista puesta en su futuro, sino con el objetivo de dejar encauzados los proyectos previstos en el mandato.

Por el momento, lejos de ser una realidad palpable, el entorno del antiguo matadero acumula maleza, y el propio edificio, con la obra a medio hacer, es una víctima propicia para los vándalos. Las pintadas y los cristales rotos constituyen una imagen habitual y reveladora de su estado.

Más allá de la obra del matadero, otro de los proyectos que está en la rampa de salida es el del paso bajo la vía de Pinilla, un compromiso adquirido por el equipo de Gobierno con los responsables del barrio y que no termina de plasmarse, para amargura del representante vecinal, Artemio Pérez: "Lo importante es que se va a hacer", aclara Miguel Ángel Viñas, dejando patente que ha sido este equipo de Gobierno el que se ha implicado con el problema a pesar de la negativa de Adif a colaborar económicamente.

El asunto se encuentra en una fase similar que el del antiguo matadero, pendiente de contratación. Si todo marcha bien, antes de final de año, comenzarán las obras en un puente que pasará de los poco más de seis metros de anchura actuales a 20 metros, aceras incluidas.

Estos trabajos, los del Banco de España y los de liberación de la Muralla entran en las prioridades de un mandato que se agota.