Acusa a su exmarido de haberle estafado los 9.966,54 euros que debió pagarle para la manutención del hijo que tenían en común y que dejó de ingresar entre finales de 2010 y hasta 2014, "casi cuatro años", según el procesado porque reanudaron la convivencia tras divorciarse en 2009; según la mujer, porque él le pidió el favor de que retirara la ejecución de ese dinero cursada en abril de 2014 porque no podía hacer frente a la deuda y se comprometió a pagarle en el plazo de un año. La supuesta promesa nunca llegó a ser efectiva, asegura la denunciante, que exige 18 meses de prisión para su exesposo, de iniciales M.A.R.: un año por el delito de estafa y seis meses por abandono de familia. La Fiscalía, que no acusa de ningún delito, insta a que se resuelva el conflicto por la vía civil, donde ya está pendiente de sentencia.

La mujer relató ayer, en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, que no había ninguna relación, como afirmó el acusado ante los magistrados, sino que se aprovechó de su estado, tras superar un intento de suicidio en junio de 2014 que la llevó a seguir "una medicación muy fuerte que mermaba su capacidad volutiva y cognitiva", manifestó. Y admitió el hijo, a quien el padre comenzó a ingresarle la pensión cuando el adolescente, hoy mayor de edad, abandonó el colegio de Muga de Sayago, que le pagó durante dos años. La mujer, que era muy vulnerable entonces, vio agravada su situación al fallecer en octubre de 2014 su madre, a la que estaba muy unida, circunstancias que dieron ventaja a su exmarido para eludir el pago de la deuda contraída y que volvió a reclamarle al comprobar que no cumplía su palabra, agregó la denunciante, al igual que su hermana, que acudió como testigo al juicio para negar que su excuñado se hiciera cargo de gastos de alquiler, de facturas o de la compra.

Sin embargo, el hijo corroboró la versión del acusado, al indicar que vivían juntos el fin de semana, cuando él volvía del colegio. Explicó que se fue con su padre porque "la convivencia" con su madre "era insoportable". Manifestó que comenzó a cobrar en su cuenta la pensión porque la madre, en paro desde 2010, quería solicitar la Renta Garantizada de Ciudadanía y no podía tener dinero en su cuenta bancaria, dinero a que se lo quedaba "porque era para gastos personales, alguna vez le dejé una parte a mi madre, a meses salteados. No sé cuánto". Manifestó, sin ningún pesar, que no tiene relación con la madre porque "no veo justo que le hiciera esto a mi padre después de todo lo que nos ha ayudado" y que "no puedo estar con alguien con el que no puedo estar tranquilo, ni tener futuro. Mi padre es el único que ha estado ahí para pagarme todo". Al joven, que nunca ha trabajado, su padre le paga todo desde junio de 2017, siempre le ha pagado "los gastos grandes, el carné de conducir..." Terminó diciendo que los 350 euros de pensión que recibía era mucho dinero para gastos de comida, "como comprenderá que eso no se come". Así justificó que no entregara el dinero a la madre, quien tenía graves problemas económicos al estar desempleada.