Cerca de 150 militantes PSOE de Zamora se desplazaron ayer a Valladolid para participar en el encuentro con Pedro Sánchez, «nuestro líder», en la Cúpula del Milenium que se quedó pequeña para acoger a todos socialistas que vibraron y se emocionaron con el candidato a recuperar la secretaría General del partido.

Los afiliados no solo llegaron en el autobús fletado por la Plataforma Socialistas con Pedro Sánchez, que ocupó casi la totalidad de las plazas, sino en vehículos particulares llegados desde Benavente, Sanabria, Porto, Galende, Sayago, Guarrate e incluso alguno de Zamora capital. El entusiasmo y las ganas de volver a ver y escuchar a Sánchez lograron movilizar a un buen número de socialistas zamoranos, que ovacionaron y aplaudieron al grito de «no es no», «presidente, presidente», a su candidato, que reiteró su compromiso de devolver la voz a la militancia, por quien aseguró haber regresado para recuperar a un PSOE de izquierdas, coherente, unido y fuerte para luchar contra desigualdades y las políticas de derechas que el PP ha impuesto. Sánchez subrayó que «el adversario nunca es un compañero, están fuera, en el PP» y pidió respeto y coherencia para recuperar el PSOE. En el acto también estuvo presente Demetrio Madrid, quien fue ovacionado por el público que asistió a este acto político.

Ante unas 1.700 personas, Sánchez anunció que, si gana los procesos congresuales de los meses de mayo y junio, creará un Congreso de «Alcaldes, Alcaldesas y Diputaciones Socialistas» porque, argumentó, «decir municipalismo, es decir socialismo». Advirtió también que si la opción que lidera para las primarias vence, «no va a haber votos socialistas para políticas de derechas», en referencia a los Presupuestos del Estado, y reclamó a los populares que «no confundan gobernar con chantajear». Mientras, el exlendakari y candidato en las primarias del PSOE Patxi López propuso ayer que un secretario general de su partido que haya sido elegido por la militancia sólo pueda ser destituido por los afiliados mediante una consulta. Si un secretario general «perdiera la confianza y fuera censurado por el comité federal », debe ser obligatoria que esa censura sea ratificada «en una consulta a la militancia», razonó López en Almería.