La directora del Centro de Documentación y Archivo de la SGAE María Luz González ha profundizado recientemente en la figura del zamorano Miguel Ramos Carrión.

-¿Quién fue Miguel Ramos Carrión?

-Fue uno de los poetas festivos más famosos de España y más admirado en América Latina por su trabajo en solitario como en colaboración. Casi todo lo que hizo fueron comedias porque quería hacer feliz a la gente. Con sus obras, tanto en las zarzuelas como las teatrales, la gente se ríe y es feliz. Cuando se cumplió el centenario de Vital Aza la SGAE organizó una lectura dramatizada por parte de autores y me dijeron que hacía mucho tiempo que no se divertían tanto con un texto y se sorprendieron de la vigencia de los personajes que crearon hace más de un siglo Ramos Carrión y Aza porque eran estereotipos que funcionan igual de bien entonces y ahora. Además era un gran amigo y se dice que era el hombre que más obras ajenas leyó porque los escritores se ponían en contacto con don Miguel para que le ayudara. Él le dio la primera oportunidad a Benavente y autores posteriores se refieren a Ramos Carrión como padrino. Fue toda una institución e incluso su entierro fue una muestra de duelo popular increíble según los escritos.

-¿Cómo llegó a ser libretista?

-A él siempre le gustó escribir. Trabajó en la Junta Nacional de Estadística durante un tiempo y se quedó cesante, de ahí que apareciera tanto este personajes en sus obras al igual que los músicos, dado que él también estudia música. Manda sus primeros versos a Juan Eugenio Hartzenbusch quien dirigía entonces el periódico "El museo universal". Le empieza a publicar y allí conoce a Eduardo Lustonó con quien escribe "Un sarao y una soirée" que se estrena cuando Ramos tiene unos 19 años. La obra tiene un éxito arrollador, lo que hace seguir escribiendo y estrenando casi siempre con una gran acogida.

-¿Cuándo comienza a trabajar de manera regular con Aza y con Chapí?

-Con Vital Aza alrededor de 1870 y en la misma época con Chapí. Miguel Ramos conoce a Chapí en París cuando éste luchaba por la ópera española y el zamorano le convence de que centre sus fuerzas en la zarzuela. Además Ramos escribía en el Madrid Cómico donde colaboraba Sinesio Delgado. Ramos veraneaba en Asturias y Vital Aza era de Pola de Lena y en uno de los viajes de regreso a Madrid pararon en Valladolid para conocer a Sinesio Delgado y vieron que tenían talento y le hicieron trasladarse a Madrid. A partir de ese momento comienzan a escribir juntos y se plantean la constitución de la Sociedad de Autores.

-¿A cuántas zarzuelas puso libreto este zamorano?

-Él tiene como 70 obras y unas 40 son zarzuelas.

-¿Actualmente conocidas?

-Sí porque es de los autores que tienen suerte porque se siguen representado. De las 10.000 zarzuelas que tenemos en el archivo de la SGAE Ramos Carrión tiene la suerte de que "Agua, azucarillos y aguardiente" se sigue programando igual que "El chaleco blanco". "Los sobrinos del capitán Grand" es un éxito cada vez que se pone y "La bruja" se ha recuperado recientemente con mucho éxito como "La marsellesa" y "La gallina ciega" y "El rey que rabió".

-¿Por qué se recuperan sus zarzuelas?

-Porque siguen siendo actuales y tienen unos diálogos muy divertidos. Cada vez que asisto a una representación de "Los sobrinos del capitán Grand" o "El rey que rabió", que son dos obras bufas, el público se muere de risa. Además la música es maravillosa pues colaboró con los mejores músicos.

-Miguel Ramos Carrión tenía conocimientos musicales.

-Estudió en el conservatorio un par de años y por problemas económicos se matricula y dejaba de estudiar, pero sabe de lo que habla. En "La gallina ciega" y en "El fiel enamorado" los protagonistas son músicos y te das cuenta de que sabe de música, por la manera que juega con la palabra sí y la nota musical.

-Otra faceta a destacar de este zamorano corresponde a su implicación en la defensa de los autores.

-Ramos Carrión forman parte de una serie de autores cultos. En el siglo XIX los autores están en manos de los editores y el más importante era Florencio Fiscowic. A Sinesio Delgado y a Ruperto Chapí se les ocurre la peregrina idea entonces de que los autores no tienen que estar a merced de un editor porque hipotecan sus obras e incluso las que no habían escrito. Si tenías existo te compraban todas las piezas por poco dinero cuando el editor se hacía de oro. En el año 1899 once autores constituyen la Sociedad de Autores y la opción de sobrevivir se la da Chapí que, generosamente, entrega su archivo porque él nunca había cedido los derechos de sus obras a editores. Tienen la suerte de que varias obras triunfan y llega un momento en el que le pueden decir a las compañías que con ellos o contra ellos. En 1901 ya compran el archivo de todos los editores y eso les permite seguir adelante pese a las muchas presiones. La Sociedad de Autores Españoles, que era como se llamaba entonces, tiene unos momentos muy duros porque el Teatro Real no presta ninguna atención a la música española. En los fastos por la coronación de Alfonso XII no habían programado música española y la Sociedad convoca una huelga en todos los teatros y la autoridad finalmente tiene que dar marcha atrás. Además, Miguel Ramos Carrión fue presidente de 1911 a 1913 porque le eligieron sus compañeros.

-¿Durante el tiempo que estuvo al frente del organismo qué logró?

-Fueron años en los que se pelean mucho con los gobernadores civiles porque imponen censura a algunas obras y ellos defienden que tienen que representarse tal y como la obra está concebida. Además en los años previos estuvo en la comisión que negociaba con Fiscowic. Él formo parte muy activa de la Sociedad y una vez que dejó de ser presidente prosiguió con su implicación hasta su muerte.

-También llegó a ser director del Teatro Español.

-Fue en los últimos años de su vida. Era un teatro municipal y era un cargo que suponía un "caramelito" envenenado siempre quienes lo ocupaban, entre otros Benavente y Pérez Galdós, salían mal. También ocupó la presidencia del Ateneo y del Círculo de Bellas Artes, los cenáculos culturales del Madrid del momento. Probablemente se quedó con la "espinita" de no llegar a ser académico de la Real Academia de la Lengua pero eso les pasó a muchos autores. En la prensa de Zamora de la época aparecen referencias a que no le habían elegido.

-Pese a vivir en Madrid mantuvo siempre lazos con Zamora.

-Sí, venía con frecuencia. Regresó cuando se estrenó "La bruja" y cuando el público se enteró que estaba, tuvo que salir a saludar y le dieron una serenata. En la prensa local de la época hay constancia de sus viajes y del estreno de cada una de obras. Él colaboró con "El heraldo" , con "Zamora ilustrada" o "Flores y abejas" e incluso escribe textos y versos sobre la Semana Santa de Zamora.

-Desde su punto de vista ¿es un autor conocido?

-No, de hecho cuando lo das a conocer te das cuenta de que poca gente ha oído hablar de él. La zarzuela en el siglo XIX y principios del XX eran obras tanto de los músicos como de los literatos pero ahora cuando hablas de las zarzuelas solo mencionas a los músicos, los libretistas han pasado a un segundo plano. Nosotros tenemos todo su archivo porque desde el momento que se crea la Sociedad los autores dramáticos y musicales van depositando sus obras. La falta de conocimiento también se debe al poco interés que hay en estos momentos por la cultura y dentro de ella por la música. El teatro sobrevive como puede pero el pasado año ha sido el centenario de Buero Vallejo y ha pasado sin pena ni gloria.