"El organetto se podía encontrar en cualquier lugar hasta el siglo XVI"

Guillermo Pérez es organetista y director del grupo Tasto Solo, que el próximo domingo presenta en el Pórtico de Zamora (San Cipriano, 12.00 horas) un apasionante trabajo de polifonía recuperado de los fondos del Archivo Histórico de Zamora. El músico habla de la formación que comparte con el prestigioso investigador y clavecinista David Catalunya.

-¿Cómo nace Tasto Solo?

-Tasto Solo lleva diez años de trayectoria internacional con conciertos en los festivales de música de toda Europa. Nuestra especialidad es la interpretación con instrumentos anteriores al siglo XVI, lo que implica su reconstrucción así como la investigación de repertorios y manuscritos. El trabajo instrumental y las voces son muy importantes para la formación.

-¿Qué es para ustedes la música antigua? ¿Por qué optaron por las composiciones de los siglos XIV y XV?

-En mi caso personal porque el instrumento que toco y estudio desde el año 2000, el organetto, desapareció en el siglo XVI. La idea de Tasto Solo siempre ha consistido en constatar que apenas se había profundizado en los instrumentos de teclado. Creamos un grupo para explorar este universo.

-¿En qué consiste el trabajo para "recuperar" el organetto?

-El trabajo de experimentación tiene varias fases. Hace diez años que trabajo con un constructor italiano y el primero que tuve fue en el año 2001. Hemos probado con más o menos notas y tubos, investigando desde el punto de vista histórico, tocando, viendo lo que el repertorio sugiere, imaginando una técnica.

-¿Dónde podemos encontrar este instrumento en la época en la que estuvo en vigor?

-Absolutamente en todos los lugares. Es un instrumento muy documentado en toda Europa, tanto en el ámbito litúrgico como en el profano. También en la corte y en la danza.

-¿Son imprescindibles los instrumentos de época para interpretar la música antigua?

-Se pueden hacer muchas cosas en la música. Pero si lo que quiero es entender el instrumento y lo que aporta al repertorio con el que convivió, no veo nada mejor que tocar con ellos. Eso no quiere decir que no se pueda explorar, investigar...

-¿Quiénes forman Tasto Solo?

-El grupo tiene un eje principal, el trabajo que realizo con David Catalunya, que es un gran investigador. A partir de ahí, la formación se amplía para incorporar teclados, arpas, voces. Somos un conjunto pequeño, una formación de cámara, en todo caso, que puede llegar hasta los ocho músicos.

-Dicen de su música que es entendible por todos los públicos?

-Creo que cualquier propuesta artística trabajada con cuidado y esmero, presentada de forma inteligente, buscando no solo el aspecto musical, sino la dramaturgia de un concierto, un momento artístico, puede ser accesible para cualquiera.

-¿Cómo es la vida diaria del grupo?

-Llevamos mucho tiempo con una formación regular, algo difícil de gestionar. Tenemos una vocación internacional y cada miembro de Tasto Solo se encuentra en un lugar, pero existe un gran bagaje guardado. Cuando nos juntamos para un concierto, aprovechamos para trabajar piezas nuevas.

-¿Cómo ha ido la experiencia discográfica?

-Muy buena. Hemos publicado dos trabajos dedicados a repertorios del siglo XV con varios premios. Quizá este año grabemos el tercero.