"No tengo ni más ni menos competencias de las que tenía ayer". Así respondía el secretario general del Partido Popular de Zamora, Alberto Castro, preguntado por los periodistas por si se sentía desautorizado por el presidente provincial, Fernando Martínez Maíllo, al haber confiado en la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, el desempeño de tareas presidenciales como coordinadora en lugar de adjudicárselas el teórico número 2 de Víctor Gallego.

Castro explicó que el nombramiento de Martín Pozo como coordinadora general "es una potestad que tiene el presidente" y que respaldó todo el comité ejecutivo, incluido el propio secretario general que forma parte del órgano. Y puso como ejemplo una situación similar que se produjo en la formación regional del partido, cuando el presidente Juan Vicente Herrera nombró a Alicia García como secretaria general "y realmente se complementa el trabajo con el secretario general, que es Alfonso Fernández Mañueco".

El teórico damnificado por la decisión de Martínez Maíllo no quiso criticar abiertamente la decisión del jefe, pero sí se atrevió a contradecirle en una de sus manifestaciones, cuando aseguró que la Diputación era la institución más cercana al ciudadano y por eso se decantaba por Martín Pozo. "La Junta es cercana en sus competencias, porque hay muchos servicios básicos que presta a los ciudadanos. La cercanía es fundamental, como determina nuestro presidente, Juan Vicente Herrera, porque todo el Gobierno regional tiene que estar cercano a los ciudadanos. Existe una Delegación Territorial, unas consejerías y unas jefaturas de servicio que intentamos la cercanía y sobre todo dar solución a los problemas. Por eso, aún respetando la opinión de todo el mundo, me gustaría decir que también otras instituciones, pero la Junta especialmente, es cercana a los ciudadanos". El nombramiento de Martín Pozo, por tanto ha sido, según Castro por la confianza del presidente.