Alfonso Martín acudió ayer, como cada mañana, a atender al ganado que tiene en la Dehesa de Valverde, dentro del término municipal de Zamora, pero lo que se encontró allí fue de todo menos usual. Las ovejas habían desaparecido. En ese momento comenzó a rastrear la zona y localizó a noventa de sus animales. Al alzar la vista, vio un par de buitres y se temió lo peor. Caminó hasta el lugar y allí confirmó sus peores presagios: dos de las reses estaban siendo devoradas por los carroñeros, ya muertas, y con claros signos de haber sido atacadas por un cánido. "Han sido los lobos, seguro", afirma Martín.

No es la primera vez que los lobos merodean la capital. De hecho, este ganadero ha sufrido ya más de una decena de ataques que achaca siempre a los lobos. "Andan merodeando por la zona. El otro día mismamente tuvimos uno de frente", asegura Martín. En esta ocasión, aparte de las dos ovejas muertas, hay más de una veintena que continúan desaparecidas. "Salieron corriendo todas. Algunas llegaron desde la dehesa hasta aquí -a Valdeperdices- recorriendo más de diez kilómetros, pero hay otras que no sabemos dónde están", indica.

El ataque, según explica el ganadero, se produjo de madrugada mientras el ganado descansaba. Pese a estar cercado, los cánidos consiguieron derribar las vallas y acceder al redil. "Fue más de uno, no tengo ninguna duda", asegura el ganadero afectado.