"Todas las decisiones que tomaron fueron las acertadas", destacó el director del CNI, Félix Sanz Roldán, en referencia a la actuación de los miembros de la organización caídos en el año 2003 y ayer homenajeados. Fueron por tanto, "valientes" y asumieron los riesgos inherentes a la misión, pero en ningún caso murieron por concurrir en algún tipo de negligencia.

Sanz, que se refirió a Zamora como "esa vieja ciudad cargada de historia" recordó en nacimiento en estas tierras del rey Fernando y alabó, ahora, "el reconocimiento a dos héroes de verdad", no de los que "se encuentran en los libros", sino los que ejecutan obras "de las que tenemos testigos de su inmenso sacrificio". Recordó que desde muy jóvenes tanto José Carlos Rodríguez como Alfonso Vega, enfocaron sus vidas por la carrera militar, "por servir a España" y se enrolaron en la infantería, con formación, respectivamente, en las academias de El Talar (Lérida) y Zaragoza. Después pasaron al CNI "como servidores del Estado" y asumieron la "máxima exigencia", aquella que finalmente acabó con su vida. Sanz hizo un reconocimiento del trabajo de los agentes del CNI, muy discreto, oculto muchas veces a sus propias familias. E hizo un repaso por las misiones que en estos momentos están desarrollando miembros de su organización y del Ejército español tanto en zonas en conflicto como en otro tipo de tareas, como la lucha contra la piratería. "Todo para conseguir un mundo un poco más justo".