Las vibraciones al paso del tren por Valorio que sufre más de un centenar de familias que residen en viviendas cercanas al túnel del bosque persisten un año después desde que ADIF realizara las mediciones y cinco meses por detrás de la fecha prevista para resolución del problema, debido al retraso acumulado de las obras.

La plataforma de afectados continúa a la espera de que se materialice el compromiso adquirido por la Subdelegación del Gobierno y ADIF a través de un sistema de insonorización similar al utilizado para impermeabilizar el túnel entre Atocha y Chamartín, en Madrid. Se trata de una manta de aislamiento que, a modo de membrana, se instalará bajo las vías férreas para frenar la transmisión de los ruidos al suelo.

El presidente del colectivo y afectado, Francisco de la Iglesia, reconoce que "seguimos exactamente igual", si bien puntualiza que "yo veo que las obras continúan, pero hasta que no pongan las vías definitivas con el aislamiento que, en teoría, absorberá las vibraciones, seguiremos en las mismas". Consciente de que existen retrasos con respecto a los plazos iniciales -el pasado septiembre fue la fecha barajada por la propia Subdelegación- De la Iglesia se agarra a los nuevos plazos fijados, "en torno al mes de junio", para ver la solución al problema vecinal.

Hace menos de un mes y debido precisamente a estas demoras, los afectados se reunieron una vez más con la subdelegada del Gobierno, Clara San Damián, y el jefe de la línea, quienes "achacaron los retrasos a la situación climatológica", cuenta el presidente. Sin que sirva para ellos de justificación, "es cierto que la lluvia no ha ayudado", si bien tras retomar los trabajos "trabajan incluso de noche, las 24 horas", de ahí que confíen en que "pronto tengamos una solución".

El punto y final de este episodio terminará con la preocupación de las familias afectadas por el ruido del tren a su paso por Valorio desde que se iniciaran las obras del AVE en Zamora. Esta inquietud les llevó a crear una plataforma para defender sus derechos y asociarse ante los problemas denunciados a finales de 2013, cuando transmitieron el problema al Ayuntamiento y a la Subdelegación de Gobierno a través de sendos escritos. Tras varias reuniones, la situación se recondujo hasta llegar al punto de entendimiento actual.