La Vera Cruz se ha esmerado en los últimos años en la puesta en valor de su Virgen titular, La Dolorosa que el escultor Ricardo Segundo creó en 1942, desde la restauración del manto de luto que luce el Jueves Santo al traslado de la imagen del Museo de Semana Santa a la capilla de Santa Eulalia de la iglesia de San Andrés.

Los gestos de la cofradía han venido a compensar las vicisitudes que ha tenido que experimentar la Virgen. Por ejemplo, el cambio de la túnica de luto en 1965 por un manto azul y un vestido de color grana, junto a la incorporación de una cruz e, incluso, el cambio de nombre, de La Dolorosa a Virgen del Calvario.

Como desagravio, en 2010 se dio por concluida la restauración del manto clásico tras la minuciosa labor de las monjas marinas para trasladar los bordados originales a un nuevo terciopelo. Aquella intervención costó 12.000 euros, una cuantía que premiaba el detalle de los acabados realizados por las religiosas.

Hace tan solo dos años, la Vera Cruz realizó un emotivo acto simbólico para festejar el traslado de La Dolorosa del Museo de Semana Santa a su capilla actual en el templo de San Andrés. Los hermanos de la cofradía decana veían así cumplido su deseo que poder rezar a la imagen durante todo el año, como ocurre en los casos de La Soledad o Nuestra Madre. Su incorporación al desfile desde este templo puede coronar la puesta en valor.