"Australia hace bandera del multiculturalismo y esto no va a cambiar". El zamorano Pedro Jaramillo, residente en Sídney desde hace años, donde trabaja para la empresa Fagor, llega a esta valoración tras el luctuoso suceso ocurrido en el centro de la capital, Martin Place, donde un radical islamista mantuvo durante horas secuestrado a un grupo de personas hasta que la policía asaltó el establecimiento, con el resultado de tres fallecidos, incluido el secuestrador.

"Australia, afortunadamente, no tiene una larga historia del terrorismo en su territorio y probablemente el impacto emocional ha sido mayor que el que hubiera habido en España", razona, añadiendo que tras el suceso "la sociedad quiere desligar el ataque del Islam y ha sido más considerado un acto de un perturbado que de un terrorista islámico", apunta.

Otra zamorana residente en Sídney, la investigadora Inma Matilla, visitaba tan solo una semana antes la zona donde ocurriría el suceso. Ahora se ha transformado "en un manto de flores que recuerdan a las víctimas" que se cobró el desenlace del secuestro en la cafetería Lindt. "La gente estaba en shock, se temía lo peor, puesto que el número inicial de personas secuestradas era cincuenta. Nada podía creer que esto estuviera sucediendo en Australia. Fue escalofriante ver el centro completamente vacío, como la Gran Vía madrileña en agosto, pero una causa aterradora", compara.

Ambos zamoranos destacan el movimiento que ha tomado forma tras estos hechos. Bajo el lema "I will ride with you" (haré el viaje contigo) se trata de una "emotiva iniciativa que consiste en compartir tu viaje hacia el trabajo con musulmanes que se sientan amenazados", explica la investigadora. "Se trata de dar soporte a la comunidad musulmana y dejar claro que no van a ser culpabilizados", apoya Jaramillo.

El origen de esta original propuesta está en el mismo día del secuestro. "Una chica que iba al lado de una musulmana en el tren la misma mañana del ataque y que llevaba el hiyab, al notar que la miraban, se echó a llorar y se lo quitó. Al salir del tren, su compañera de viaje la siguió y le dijo que se volviera a poner el pañuelo, que ella caminaría a su lado", relata el zamorano.

Sobre la reacción del Gobierno ante este suceso, Matilla valora que en seguida se diera la voz de alarma prohibiendo al entrada al centro. "Los trenes salían vacíos desde distintas zonas de la ciudad, se llenaban en el centro y los sacaban de allí lo más rápido posible, temiendo que pudiera haber una bomba y evitando la presencia de gente en esa zona", describe.

Sin embargo, considera que lo ocurrido "ha sido un horrible toque de atención para el gobierno, pues este suceso podía haber sido prevenido y evitado. Ahora solo están buscando culpables, cómo es posible que un hombre con varios procesos abiertos por la justicia australiana tuviera licencia para portar armas", recuerda.

En ese mismo sentido, el directivo de Fagor reconoce que han surgido enormes críticas al sistema judicial. "Es inconcebible que este sujeto estuviera libre. Su historial era aterrador. Ha habido un fallo en el sistema y alguien tiene que pagar por ello".

Para Pedro Jaramillo, finalmente, el secuestro de Martin Place demuestra la forma de ser de los australianos. "Si hay que destacar algo de este país es la capacidad que tiene la gente de unirse, de sacar lo bueno de lo malo, de eliminar las crispaciones innecesarias. Algo que, como español, me da envidia", reconoce. "Australia, en una palabra, ha sido ejemplar en su reacción. Hará falta mucho más que ese loco para cambiar eso", añade para terminar.