Las seis hileras de alambre de espino de la cuestionada valla de cuatro kilómetros que existe entre Palacios y Asturianos se encuentra atada en alguna de sus partes a árboles, un atentado medioambiental ya que algunos de los troncos se encuentran parcialmente partidos. Además de desmontar el monte que corre junto a la valla, las ataduras de los espinos a los árboles se ha llevado a cabo de forma arbitraria, como ha podido comprobar este periódico, sin que hasta el momento conste denuncia alguna por estos hechos ni por parte del Seprona ni por la de los agentes de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

Durante las últimas horas, y tras las informaciones publicadas por La Opinión de Zamora, han desaparecido del cercado, de más de 300 hectáreas, los mojones que indican la separación entre montes vecinales y los enclaves de titularidad privada. Igualmente, tampoco están ya los pastores eléctricos que se encontraban en la zona de monte quemado donde se podía ver a reses pastando, algo prohibido por ley hasta cinco años después de producirse el incendio.

Vecinos, ganaderos y cazadores de la zona de Palacios y Asturianos están convencidos de que la valla de cuatro kilómetros no tiene licencias y que carece de proyecto ambiental. Sin embargo, la Administración regional hasta ahora la ha dado por buena, al menos a tenor de la denuncia que la Delegación de la Junta ha tramitado contra el club deportivo de caza de Palacios por supuestos daños en este cercado. Por el momento la Delegación Territorial de la Junta no se ha pronunciado en torno a esta polémica.

La valla rodea en su interior no solo fincas vecinales sino cerca de 50 hectáreas de enclaves privados y atraviesa praderas y montes en sus cuatro kilómetros. En algunos de los tramos corta los caminos, donde se han colocado pasos canadienses que, denuncian los vecinos, pueden ocasionar daño a las personas. Por último, también se ha utilizado para sujetar cancelas y vallado barandillas de puentes rotas, todo ello en una zona prácticamente colindante con la Sierra de la Culebra y que goza de una máxima protección ambiental.