Hacer flexiones sobre una charca, colocarse un plátano en la entrepierna para que otro u otra joven se coloque de rodillas y lo muerda, juegos con huevos y harina y alcohol, mucho alcohol. Las novatadas arrancaron la pasada semana en Zamora para los universitarios del Campus Viriato. Jornadas de integración que a menudo provocan controversia entre las autoridades y los padres, pero que los propios protagonistas ven con normalidad y las disfrutan a cada instante. Las del jueves, día universitario por excelencia, terminaron precipitadamente con la irrupción de las fuerzas del orden, que desalojaron la zona de los Tres Árboles donde se encontraban los jóvenes. Sin embargo, esto no ha hecho más que empezar.

Jueves, media tarde. Los universitarios se reúnen en el Campus Viriato para comenzar con las novatadas del nuevo curso. En apenas unos minutos, jerarquías. Una "V" pintada en la cara significa tranquilidad absoluta a lo largo de la tarde. No ocurre lo mismo con quienes llevan dibujada una "N" en el rostro. Este último grupo, probablemente, tenga que pasar alguna serie de pruebas hasta el final de la jornada, ya en las zonas de fiesta de la ciudad.

Una vez establecidos los rangos, el grupo se desplaza hasta los Tres Árboles. Entre el puente de la autovía y el merendero de La Aldehuela arranca el botellón y también las pruebas. "No son nada del otro mundo, no hay que dramatizar", explica uno de los participantes. En realidad, esa es la visión general de quienes participan en este tipo de actividades, pese a las voces de la autoridad que llaman a las novatadas con todo tipo de palabras alejadas del término amable. "Venimos, hacemos unos cuantos juegos, nos lo pasamos bien y nos vamos a casa. No hacemos daño a nadie", detalla uno de los veteranos.

Una opinión que no comparte la Policía, a juzgar por su desplazamiento hasta la zona para desalojar el botellón en el que participan más de 200 personas. "Si nos desalojan, nos vamos. No tenemos ningún problema en acatar las normas si consideran que estamos molestando a alguien", explican una serie de universitarios. La realidad es que las "normas" indican que las novatadas deberían estar en peligro de extinción. Al menos eso se desprende de la moción aprobada por el Senado el pasado miércoles, instando al Gobierno a poner coto a este tipo de prácticas.

Para los alumnos zamoranos, sin embargo, las novatadas están más cerca de la inocentada que de la humillación. Unas actividades por las que, de momento, aquí, no ha habido que lamentar ningún incidente.