A los problemas endémicos de la producción ecológica -las dificultades en la comercialización y la confusión de los consumidores a la hora de identificar el producto- se suma ahora la supresión de las ayudas públicas. No corren buenos tiempos para la agricultura y la ganadería alternativas (no lo son para casi nada), y quizá por ello la Diputación ha querido reconocer el esfuerzo de los profesionales que desde el cambio de milenio comenzaron a apostar por alimentos obtenidos por medios naturales. "Estábamos acostumbrados a los minerales y los pesticidas, y cuando empezamos en esto, nos llamaban locos", explica de manera gráfica el agricultor Dacio López, uno de los tres primeros operadores "verdes" de la provincia. El próximo sábado, la producción ecológica será uno de los protagonistas de los premios "Tierras de Zamora" en la celebración que tendrá lugar en Fermoselle.

El propio Dacio López, radicado en Molacillos, explica que los inicios de la agricultura ecológica en su caso, hace ahora 14 años, llegaron por convicción, pero también "por necesidad". "En explotaciones pequeñas era difícil hacer frente a los costes. Teníamos que pagar 14.000 pesetas por el saco de semillas de maíz, y añadir el gasóleo y el mineral", relata. La opción de producir sin tener que utilizar sustancias químicas, "como lo hacían nuestros padres", fue la "solución", añade el agricultor de Molacillos.

Caso parecido fue el de La Faya Biológicos del Noroeste, firma dedicada a la producción de corderos y queso en régimen "verde". "No utilizábamos herbicidas ni abonos minerales y, además, trabajábamos con una raza autóctona de ovino, la churra", explica Alonso Santos. "Cuando surgió la oportunidad de legalizar la explotación en el régimen ecológico, lo hicimos. De eso hace ahora doce años", narra el productor de Cibanal.

¿Ha merecido la pena el esfuerzo? Santos concede un "sí" rotundo, aunque "últimamente, como todo, las ayudas se han restringido y tampoco parece que la producción ecológica acabe de calar. El consumidor se confunde y no hay suficiente información", analiza. En su caso, Dacio López explica que en el ámbito de la agricultura "como había poca oferta, el precio era bastante bueno". Pero la competencia aumentó, y los precios cayeron. "En ocasiones, los agricultores se ven obligados a vender la producción ecológica a precios del trigo o la cebada convencionales", reconoce.

He aquí las claves que amenazan el presente y el futuro de esta alternativa respetuosa con el medioambiente: la eterna barrera de la comercialización y el final de las ayudas económicas. "La retirada de las subvenciones ha quitado a muchos las ganas de entrar. Las ayudas permitían cubrir la diferencia entre lo convencional y lo ecológico", analiza Dacio López. Coincide Alonso Santos, aunque precisa que "quizá se ha abierto demasiado la mano y es preciso evitar a los "caza primas"" y añade que "en los últimos cinco años, hemos cobrados ayudas solo cinco".

En una provincia con cerca de doscientos operadores, el catálogo de alimentos "verdes" es amplio. Desde las mermeladas, los quesos o el cordero a los propios cereales -donde la evolución en producción ha sido menor- o los propios vinos. Precisamente, una de las bodegas pioneras en la alternativa ecológica, Viña Zangarrón de Sanzoles, subirá al escenario del Día de la Provincia para recoger el galardón colectivo.

Y en esto los profesionales tienen una opinión unánime: el apoyo decidido de la Diputación ha sido "clave". Tanto en la programación de una feria, Ecocultura, que supera ya la decena de ediciones, como en la concesión de este reconocimiento. "Al menos una vez al año se habla de productos ecológicos y Ecocultura nos ha dado la oportunidad de conocernos, establecer contactos con los clientes y difundir las características de esta producción", coinciden.