En todas las universidades, incluida la de Salamanca, y en casos excepcionales el rector podrá conceder, solo por una vez, un año de gracia, es decir dos convocatorias, siempre y cuando se demuestre que han concurrido circunstancias especiales que les hayan impedido la dedicación suficiente a los estudios.

Aunque las normas de permanencia entraron en vigor cuando lo hizo la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, todavía no se han producido muchos casos de expulsión por cuestión de tiempo. De este modo, los estudiantes tendrán que regirse por las mismas y terminar sus estudios en los plazos fijados por cada universidad, que son similares en cada una de ellas.

Los estudiantes de las universidades de León y Valladolid tienen que superar un mínimo de doce créditos en su primer año de carrera, que equivalen al 20% en el caso de un curso de sesenta. En Burgos será obligatorio que superen un mínimo de 30 créditos durante los dos primeros cursos. Las Normas Básicas de Permanencia son elaboradas por los consejos sociales de las universidades para reforzar los requisitos y evitar que los estudiantes se estanquen en la carrera.