Las obras tienen un plazo máximo temporal de "tres meses". Así figura en el decreto de Alcaldía, de modo que queda librada con creces la Semana Santa, en la que muchos zamoranos ya han pensado al encontrarse con la Rúa de los Francos cortada. El edificio está catalogado con nivel de protección 3 y, en consecuencia, debe conservarse la fachada, "tal y como así será", confirma Somoza.

El edificio perteneció hace una década a la empresa Rearasa, que vendió el inmueble a la Editorial América Ibérica, del grupo Anaya. La firma salmantina ha ejecutado en Zamora varios trabajos, como las edificación en la calle Pelayo o Toro, y tienen pendiente un informe técnico por un proyecto de derribo en el barrio de La Lana. La empresa tenía la intención de convertir el espacio en un conjunto de apartamentos previa su rehabilitación para su posterior venta, aunque el proyecto por el momento no ha fructificado.

Después de analizar desde primera hora de ayer el estado del edificio, su interior también reviste problemas al llevar cerca de doce años en total desuso. El inmueble, que data del siglo XVI, "es un entramado de madera complejo desde el punto de vista constructivo y formal y que, además, es un punto clave de mira por parte de turistas", asume Somoza. El profesional insiste en que "mientras no hayamos descartado el más mínimo riesgo, no vamos a abrir el paso".