El "tasazo" ha llegado con polémica a los ciudadanos. Para quienes todavía no están al tanto de lo que supone este nuevo concepto que tanto ha dado de qué hablar en los últimos días, se trata de "el derecho de remuneración a los autores por los préstamos de sus obras realizados en determinados establecimientos accesibles al público", según el BOE del Ministerio de Cultura, Educación y Deporte. Aunque no serán los usuarios quienes tengan que pagar este nuevo impuesto que entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2016, sino que serán las propias bibliotecas quienes tengan que pagar por número de libros en préstamo y usuarios.

La medida, fruto una directiva de la Unión Europea a la que estaba obligada España desde el pasado 2006, implica la remuneración por la cesión de "obras protegidas por derechos de autor realizados en museos, archivos, bibliotecas, hemerotecas, fonotecas o filmotecas de titularidad pública o que pertenezcan a entidades de interés general de carácter cultural, científico o educativo sin ánimo de lucro", excepto a las bibliotecas de las instituciones docentes integradas en el sistema educativo español y a los bibliobuses cuando realicen la cesión de ejemplares en municipios de menos de 5.000 habitantes que están exentos.

La gente de a pie no ha tardado en pronunciarse con respecto al tema.

María Isabel Fernández se pregunta si "esta es la manera en la que se promociona la cultura en nuestro país". Y en cuanto a la nueva medida "no me creo nada cuando dicen que no van a echar mano de los fondos del estado". Lo que sí tiene claro es la postura que hay que adoptar para intentar acabar con estos continuos impuestos y pagos, "somos los ciudadanos los que deberíamos movilizarnos".

En la misma línea se manifiesta Beatriz Recio, quien aporta además que tras un creciente aumento de los impuestos, en contraposición de los recortes en los sueldos, "va a repercutir sobre todo en los jóvenes".

Por su parte, Modes Centeno no está para nada satisfecha con este nuevo pago para las bibliotecas, abogando por "movilizarnos y tomar modidas".

Pero no todos los habituales usuarios de las bibliotecas estaban al corriente del "tasazo". Judit Prieto afirma no tener conocimiento hasta el momento, pero tras informarse se ha manifestado en su contra: "es algo que va en contra de la cultura, de acercársela a la gente".

Alberto Pérez, quien se declara "no muy puesto en el tema", cree que "un préstamo siempre que sea público debe ser bastante libre de todo ese tipo de cargas". También asevera que es una limitación de la cultura de cara al ciudadano, aunque "a todos los que nos gustan los libros siempre acabaremos viniendo y tragando entre comillas".

Los hay tajantes con respecto al tema, como Óscar Lorenzo, quien piensa que se trata de "una manera más de robar". Así de rotundo ha declarado que "utilizan la cultura para enriquecerse, pagar deudas... y en definitiva, robar. Es un mal para todos"

Sin duda, quienes más conocimiento tienen acerca del asunto son los propios trabajadores de las bibliotecas. Uno de ellos, Hernesto Herrero, quien se muestra contra la nueva imposición, explica con detalle lo que supone esta nueva medida: "es un pago que el usuario no va a tener que realizar directamente", apostando por un funcionamiento similar al actual de las bibliotecas públicas; "los perjudicados no son los propios usuarios, sino que serán aquellos organismos de la administración que tengan que asumir ese nuevo gasto". A pesar de su rechazo ante el "tasazo", piensa que "si se trata de una medida impuesta por el Gobierno, habrá que asumirla".

En líneas generales, descontento por la medida del gobierno, pero al no afectar directamente al ciudadano parece que el funcionamiento de las bibliotecas públicas puede continuar su curso.