La dedicación del juez y el magistrado a los asuntos tiene otra vertiente: la formativa. Esta nunca concluye por las constantes reformas de la legislación vigente (Código Civil, Ley de Enjuiciamiento Criminal y Ley de Enjuiciamiento Civil) que tanto gusta al legislador (los políticos, no siempre por exigencias de la sociedad y los cambios que experimentan en sus formas de vida y su evolución). El dictar sentencias y el desempeño del resto de sus funciones "exige una labor continuada de estudio y puesta al día en materia de leyes y de doctrina para poder aplicarlos", puntualiza el presidente de la Audiencia Provincial, Jesús Pérez Serna.

Tal especialización es constante ligada a la necesaria "motivación de la decisión que se toma, tanto en autos como en las sentencias. Esta es la labor más compleja, de la que nunca se sabe cuánto tiempo nos va llevar, que exige el caso para una resolución" adecuada. Pérez Serna insiste en que "no todos los casos son iguales y las causas más complejas pueden llevar días de dedicación y estudio, además del tiempo que se emplea en la preparación y celebración del juicio". Hay causas muy voluminosas que requerirían la atención exclusiva del juez durante un tiempo largo, imposible actualmente por la falta de jueces, funcionarios y medios.