Contra todo pronóstico, la persona que la Escuela de Magisterio escogió para la impartir una de las conferencias de «La aventura de ser maestro», quería ser químico. La vocación le llegó después y ha significado toda una carrera de logros y desvelos por y para la educación, que se han reflejado en las aulas por las que ha pasado.

-¿Cómo llega un aspirante a químico a convertirse en un motivado maestro?

-Pues mi familia no se podía permitir que yo estudiara algo fuera de casa, bastante hicieron ya, y para hacer Química tenía que ir a Barcelona. La vocación la cogí cuando empecé a meterme en harina. En la escuela de prácticas de Lérida estuve tres años y allí me hice maestro. Allí encontré un grupo de docentes jóvenes e ilusionados y aquello me contagió. Ahí empecé a ilusionarme con la escuela. El director nos daba muchas posibilidades de hacer experiencias juntos y así me hice maestro.

-¿Y de ahí a vivir la docencia en cuerpo y alma?

-Después de engancharme a la docencia contacté con los movimientos de renovación pedagógica que había en Cataluña entonces, en el año 70, cuando salió la nueva Ley de Educación, la Ley Villar y ahí me lancé y empecé a descubrir la ilusión por la profesión, tener vivencias y la necesidad de formarme. Luego me fui a Lérida, y todo cambia, allí no había renovación pedagógica, pero vi la luz en Francia, que lo tenía a 30 kilómetros, así que contacté con profesores del otro lado para realizar proyectos juntos, y de ahí en adelante mi formación pasa por absorber la forma de hacer escuela en los colegios franceses.

-¿Pero llegó un momento que le enganchó la Educación Física?

-Sí, yo era maestro generalista, daba Ciencias Naturales, Matemáticas? y como nadie daba la Educación Física y yo tenía la especialidad, pues empecé a hacerlo y me enganchó tanto que lo dejé todo para dedicar casi toda mi vida profesional a esta materia. Tanto es así que a los 40 empecé a INEF, cinco años en los que me permitieron compaginar la escuela con los estudios universitarios. No es que me aportara mucho en mi formación, pero me abrió posibilidades de trabajar en otros ámbitos.

-Pero su inquietud no para ahí, y hasta se atrevió con las bibliotecas y los patios de colegio.

-En la época en la que fui director me pareció que una forma de dinamizar el centro era dinamizar la biblioteca, y durante 14 años estuve volcado en eso. Fue un trabajo ímprobo pero estoy muy satisfecho, yo me fui y eso permanece, Antes los libros estaban amontonados en sillas. A lo largo de tu vida profesional tú te ilusionas por distintas cosas, y en otra época me dio por acondicionar patios de recreo para los niños. Yo no me quedaba en España, me iba a París y veía cómo hacían uso allí de la psicomotricidad. He sido muy lanzado siempre, he gastado muchas energías, muchas horas, pero de eso nunca te arrepientes. Esto de la docencia o lo vives en profundidad o no tiene mucho sentido, te puedes quemar mucho.

-Tras una larga y provechosa trayectoria educativa, ¿le ha quedado algún aspecto por explorar?

-Muchos, pero de forma especial me ha faltado la escuela rural, donde siempre quise ser maestro. Me parece que es precioso.

-En estos momentos los alumnos no están muy motivados, no salen oposiciones, se recortan medios en las escuelas...

-No tengo la solución. Eso lo veo, pero siempre he animado a los jóvenes a formarse bien, a ser buenos profesionales, que aprovecharan su paso por la universidad y que se engancharan a la gente que les pueda aportar más. Hacer las cosas a medias no vale para nada, no te genera autoestima, ni ganas de implicarte. Invito a la gente a que si se dedica a la docencia que la viva en profundidad, sino es que no tiene ningún sentido, deja hueco para que otro la viva.

-¿Cómo motivaría a los alumnos que se forman hoy en las universidades?

-Vale la pena ser maestro, si se quiere cambiar algo en este país una de las profesiones que tienes en tus manos es esta, influyes directamente en la formación de seres humanos. Si tienes que aportar algo es una oportunidad tremenda. Yo no he necesitado ninguna ONG, la mía ha sido la escuela. Además les diría que no se olviden de que es necesario un crecimiento a lo largo de toda la vida profesional, No solo ser maestro y ya, que no se estanquen.

-Con su experiencia, ¿qué piensa que falla en la educación actual?

-Falta el control de la calidad en la educación, que no se da. A mí nunca nadie me ha controlado y se utilizan son recursos públicos, de todos. Se controla si falto a clase, si no doy las notas a tiempo... tonterías. No lo básico, que es si los alumnos han aprendido.

-¿Hay trucos para evitar que los niños se revolucionen en clase?

-Hay que tener muy claro que lo que un profesor tiene que conseguir es que los niños aprendan. El profesor solo está para ayudar, y cuando los alumnos se dan cuenta de que en el clase aprenden cosas que les sirven, no hay problemas, ni conflictos de disciplina. Hay que lograr engancharlos en la tarea de aprender, y estoy hablando de niños de ocho años. Un profesor no puede ser amigo, ni padre, ni compañero, tiene que ser profesor. Un adulto que respeta la dignidad de los chavales, porque, ¿cuántas veces se les menosprecia en público? Hay que mirarles a la cara a todos. Un profesor no puede ser rencoroso. Si un alumno te la ha jugado hoy, mañana no puedes ir con el hacha de guerra. Al día siguiente le dignificas, «qué zapatos tan bonitos llevas».

-De la nueva Ley de Educación ¿qué opina?

-Las leyes tienen que estar, tiene que haber currículum, pero ser maestro y sentirlo va mucho más allá.

-¿Cómo se evita que lleguen desmotivados a las aulas?

-Hay que elegir a los mejores, como en otros países. En Francia para entrar en Magisterio tienes que tener una carrera hecha y después les dan la formación necesaria. En Finlandia el primer día de clase los llevan a la escuela para que vean si empatizan con los niños.

Conchel, Huesca (1951)

Alfredo Larraz estudió Magisterio en Lérida, y años más tarde, con 40, se lanzó a cursar INEF, la carrera de Educación Física, una especialidad a la que ha dedicado la mayor parte de su carrera como maestro. También ha impartido clase en la Facultad de Educación de Zaragoza. Tiene un blog sobre la materia escolar (www.educacionfisicaescolar.es) a través del que plasma su opinión y experiencia sobre la actualidad, además de recursos para el aula.