La geometría de los tajamares, explican los autores del estudio, fue modificada por Luis de Justo, el autor de la reforma de principios del siglo XX, «llevado por su obsesión de "modernizar" y "perfeccionar" el puente, abjurando de su condición medieval. Esto es notorio en el caso de los tajamares de las pilas 1, 3 y 3, cuyas plantas fueron objeto de una reducción drástica por desaparecer las cargas que motivaban su mayor dimensión. También se modificó su remate superior, que se abajó hasta la cota del remate inferior de los nuevos aliviaderos. La elevación de los tajamares en forma piramidal, hasta las repisas que han de sustituir a las bóvedas inferiores de los aliviaderos, contribuirá a recuperar la imagen del puente que reflejan las fotografías de Laurent». Rodríguez Méndez indica que «el puente que hoy conocemos conserva del anterior únicamente las bóvedas de los arcos y las pilas, aunque éstas muy reformadas. El resto de los elementos de su estructura fueron renovados hasta tal punto que podemos concebir la actuación como si de un cambio de piel en un ofidio se tratara: solo permanece el esqueleto. A lo largo de su existencia, la intervención de Luis de Justo no fue sino una fase más en un proceso de cambio permanente que venía dándose desde que finalizó su construcción».