En solitario, en pareja o en familia. Ayer fueron miles los zamoranos que cumplieron con una de las tradiciones más arraigadas del 1 de noviembre acercándose al camposanto de San Atilano para visitar a sus familiares difuntos. Algunos despistados buscando la lápida de sus antepasados, «porque solo venimos una vez al año», se justificaban, otros con paso firme hacia el nicho, provistos de flores y, en algunos casos, con bayetas para limpiar el mármol o jarrones nuevos para colocar sobre las tumbas.

La tradición no cambia, pero lo que sí aumenta cada año son los puestos ambulantes de flores que se sitúan en el aparcamiento del cementerio. La oferta ornamental se amplía, con precios populares, y ya no solo hay claveles, sino que también se puede elegir entre rosas, lirios o pequeñas margaritas, en ramo o centros. Aun así, todavía son muchos los zamoranos que llegan con sus flores adquiridas en establecimientos de la capital.

Además de la visita al familiar fallecido, los que así lo desearon pudieron también participar en alguna de las eucaristías que se celebran, también hoy, en la capilla de San Atilano, a las 11.00, 12.00 y 17.00 horas, oficiadas por el párroco Emilio Santiago Lorenzo, quien lleva ya 44 años a cargo del camposanto.

La gran afluencia de gente que acudió al cementerio hizo que muchos tuvieran que aparcar en las cercanas calles del barrio de Pinilla e incluso en el aparcamiento del Ruta del Plata. Algunos, animados por el buen tiempo de la mañana, optaron por dar un paseo hasta el cementerio, y otros utilizaron el servicio especial de autobuses, con una reforzada línea 2 que llenaba los autobuses que iban desde la plaza de Alemania hasta el camposanto. Para esta tarde está previsto que la línea circule cada 15 minutos para facilitar la asistencia a la procesión que protagonizará a las 20.15 horas la Cofradía de las Ánimas de San Atilano con el Cristo del Perdón.

Además, por la mañana, como todos los años, un destacamento de soldados y mandos militares acudirá a las 10.00 horas al cementerio de San Atilano para rendir homenaje a los compañeros fallecidos, acompañados en esta ocasión por una banda de música, que amenizará el acto con una marcha militar.