Sí, 20 años. Ese es el plazo aproximado en el que las investigaciones que se han planteado en Zamora sobre identificación de personas, lleguen hasta los laboratorios y las empresas más punteras de nuestro país.

«Las técnicas que hoy se están utilizando y poniendo en práctica han sido fruto de años de investigación que, después de un tiempo, se desarrollan en distintos ámbitos, pero nada es inmediato, se requiere un periodo para que la tecnología llegue a los centros de trabajo», explica el presidente del Comité Organizador, el profesor de la Escuela Politécnica José Luis Pérez Iglesias.

Sendas personalidades en el campo de la biométrica han participado en el congreso, como el jefe de la Unidad de Criminalística de la Guardia Civil, José Juan Lucena, quien pronunció la conferencia inaugural bajo el título «25 años de utilización de técnicas biométricas en el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil», o Luis Miguel Hidalgo, miembro del Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO), que disertó sobre «La importancia de la seguridad de la información». Ambos han llegado a Zamora de la mano de estas jornadas, que han atraído a la capital «a los más punteros de todo el país en este tipo de investigaciones, que en España son muy pocos dedicados a este tema y que han llegado sobre todo desde Madrid y Barcelona, ciudades en las que más se está trabajando en la actualidad sobre estas técnicas», subraya Pérez Iglesias.

En estos momentos el objetivo de esta ciencia, basada en el reconocimiento de personas a través de sus rasgos personales, es que esos datos sean únicos, «y se pueda concluir que no hay ninguna otra persona que coincida con los resultados encontrados». Esto es, por ejemplo, que no haya personas inocentes en las cárceles porque las pruebas han sido poco precisas, «o que nadie pueda entrar en nuestro móvil si hemos puesto nuestra huella dactilar como contraseña para desbloquearlo».

Y es que las aplicaciones de la biométrica a la ciencia forense son solo una parte, que convive con su uso personal y empresarial, «cuando se puede proteger el ordenador, o sacar dinero con la tarjeta de crédito identificándonos con algo de nuestro cuerpo, como el iris. Es como llevar todas las contraseñas encima sin que nadie nos pueda suplantar», señala el organizador del congreso.

Las VII Jornadas de Reconocimiento Biométrico de Personas (JRBP13) se han convertido en un foro de encuentro entre distintos grupos de trabajo del mundo de la empresa y de la Universidad, con el fin de compartir avances tecnológicos, así como mostrar los resultados de investigación en el campo de la Biometría.

Para el vicerrector de Política Académica de la Universidad de Salamanca, José Ángel Pérez Domínguez, que las Jornadas se hayan desarrollado en Zamora tiene un valor fundamental, tanto para la ciudad como para la Universidad, «porque no solo Salamanca es un buen lugar para acoger este tipo de encuentros», subrayó el responsable académico.