Al amparo del poblado asentado en la carretera de Almaraz, los vecinos del barrio del Espíritu Santo-San Isidro han visto cómo otros ciudadanos rumanos intentaban crear nuevos asentamientos en dos ocasiones. No han prosperado por la acción inmediata de la Policía Nacional, que «les echaron de las chabolas» rápidamente.

El riesgo de que lleguen nuevos ocupas continúa existiendo, puesto que un asentamiento genera otros, con lo que resulta imprescindible abordar el problema y darle una solución antes de que cobre dimensiones mayores, dados los tiempos que corren, con una crisis económica que está aumentando las bolsas de población marginal por falta de recursos económicos.

La última palabra la tienen las autoridades competentes, que parecen no mover ficha a pesar de las quejas de los vecinos, cuyo miedo a que la delincuencia crezca en el entorno de sus casas va en aumento. Una inquietud avalada por los robos que se han vuelto a producir recientemente y que se sospecha tienen como autores a los inquilinos de «La Cometa».